miércoles, 19 de agosto de 2009

Pretenciones

Bueno, vuelvo a las andanzas tras un laaaaaargo recreo de casi un mes. ¿El motivo? Ni idea, estaba metido en otros temas (finales de la facultad de los cuales obtuve muy buenos resultados, escribiendo poemas hoy sin sentido, perdí y tuve que reponer mi celular, pensando, etc.) pero también estoy pasando por una etapa en que todo es muy nuevo, muy frágil y muy sombrío para mi; necesito un poco de tiempo para adaptar mi mente a los cambios abruptos que suceden día a día en mi madurez. Teniendo en cuenta esto, me gustaría hablar de lo que se espera que cumpla la juventud de hoy en día.
Sabiendo como fueron las generaciones anteriores a esta, podemos tener una mínima idea de lo que se les espera que hagan. Nuestros abuelos fueron criados en un seno familiar en el que reinaba el machismo, se creía que el sexo era inmoral y, en la mayoría de los casos, eran los valores tradicionalistas los que mandaban, particularmente en la Argentina donde casi todos eran inmigrantes de España o Italia, o judíos (es el caso de mi familia). Con esta fuerza mental encima, fueron concebidos nuestros padres; ellos tuvieron varias cosas totalmente desconcertantes para sus padres: objetos como la televisión o el teléfono, la música de rock comenzando por los Beatles, la revolución sexual de los ´60 que sacó a relucir un montón de engaños culturales con los que se vivía hasta ese momento y el sentimiento de libre pensamiento que se vivió desde esa década, por citar sólo unos ejemplos. Con esta cosmovisión fuimos educados nosotros, con otras costumbres más liberales y más racionales; la cuestión fue que nosotros nos criamos en la era de la informática, habiendo nacido casi con una computadora en una mano y un control remoto en la otra, pensando que nos podemos comer el mundo porque lo cuestionamos, tenemos inquisitudes a toda hora y también porque sentimos que los adultos no saben de lo que estamos hablando cuando queremos hacer cada uno lo que se nos canta. Los 75 canales (mínimo) de la televisión con los que crecimos, internet y luego banda ancha, las mil ramificaciones del rock & roll traídas por parte de MTV y otros 4 canales más de música, los dibujos animados hasta el hartazgo y canales dedicados exclusivamente al público infantil nos llevaron a pensar de manera muy diferente a la de nuestros padres, pero también lamentablemente es lo que está llevando a esta generación a la ruina.
¿Por qué digo esto? Es más que obvio que cada vez la estupidización de la raza humana avanza más y más rápido. La televisión dejó de replantearse dilemas de la vida cotidiana para concentrarse en "¿cómo hago yo para poder vender este pedazo de mierda que tiene el mismo olor que la bosta de al lado, pero así YO puedo llenarme de plata?" Esto lo digo en todo sentido; el postmodernismo (etapa en la cual supongo que nos encontramos) se encarga de difamar todo aquello que se creía sagrado en el modernismo del siglo XX, y también hace que nos veamos a cada uno como una individualidad y un ser consumista y abierto para comprar lo que le ofrezcan. A mi no me convence en lo más mínimo este individualismo porque el día de hoy lo creo y espero creerlo hasta que me muera, que el mundo se puede cambiar, que las mentes de las personas no son tan maleables como un pote de arcilla y que no podemos creer en todo lo que nos dice la tele porque ES OBVIO que nos está mintiendo para ganar más plata o beneficiarse de algún modo de nuestra mente.
A todo esto me viene la pregunta a la cabeza: ¿Qué se le puede pedir a una generación (actualmente los que tienen entre 11 y 17 años) que creció con los límites atrofiados, respuestas vacías a preguntas imprevistas, muy poca o nula respuesta del resto de la humanidad, que ven en los Jonas Brothers o Hannah Montana héroes como alguna vez los fueron Batman o el Llanero Solitario?
Esta es una pregunta retórica para que piense y reflexione cada uno...
Me alegra haber vuelto, saludos a todos, ABEL
¡JUVENTUD DIVINO TESORO!