El que quiere al celeste, que le cueste
Era domingo en Temperley. Jugaban dos partidos las Dirty Fucking Dolls. Como su nombre e historia lo indican, es un equipo que ha pasado por grandes episodios de violencia en el pasado, pero a medida que se desarrollaba la jornada se veía que cambiaron para mejor, teniendo un muy buen desenvolvimiento en la pista y también en lo que respecta a l@s oficiales. Yo siempre tuve una buena relación con ellas, creo que por su fama de equipo de barrio y popular, muy similar al futbol.
El primer partido lo ganaron muy cómodamente, con su equipo B, contra las Black Swan de Acassusso que requieren URGENTEMENTE un/a entrenador/a fij@ de algún equipo grande. Igualmente, más allá del resultado, fue un encuentro bastante armonioso entre ambos equipos.
El segundo partido fue contra las Mambas Negras que yo las conozco hace bastante tiempo ya y sé que ningún equipo tiene problemas con ellas. Bah, o eso creía hasta ese día. El juego fue muy peleado por ambos equipos, no se cedieron ventaja en ningún momento y pudo haber sido cualquiera el vencedor sin ningún tipo de reproche del otro equipo. El problema viene cuando las cosas no están preparadas para resultados infartantes.
En el último Jam el partido iba 141 a 113 a favor de las locales. Todo parecía estar sellado, pero bien se sabe que el Derby no es así. Manija #95, la mejor Jammer del equipo porteño y una de las mejores de la país en lo que a mí respecta, fue la encargada de hacer MUCHOS puntos en el último Jam (y, luego de un pase de estrella, también Transformer #0077), mientras que la Jammer de las Dirty fue a la Penalty Box por una falta y al final no pudo hacer ni uno. A medida que la Jammer Reff le pasaba de a 4 o 5 puntos a la NSO de puntos (Mamba), esta no le pasaba vuelta a vuelta los puntos sino después de terminado el Jam a la NSO de Scoreboard (DFD). Cuando terminó este Jam y se hizo el recuento de puntos empezó el desastre. 142 a 141 a favor de las Mambas. Cabe destacar que no sólo las dos NSOs eran bastante inexpertas, sino que eramos sólo cuatro Refferis, de los cuales eran sólo dos con vasta experiencia, y más allá de lo que pueda pasar en el resultado, el puntaje no es del todo importante en un partido sino el desarrollo del mismo.
Cuando se vieron los puntos en la pantalla se nos vino la hinchada encima a l@s Refferis, como si nosotr@s fueramos de algún modo responsables del resultado final, como si quisiéramos que las Dirty perdieran por un punto sólo para hacer enojar a la gente. Y digo "hinchada" correctamente porque mucha de la gente, incluido el entrenador, vienen del futbol, de ver al "celeste" y de paso a fijarse cómo les va a las chicas de Roller Derby del club. Tuve dos o tres agresiones bastante violentas que casi terminan en catástrofe si no hubiera estado el equipo que perdió para socorrernos. [Realmente hay que admirar que el equipo de Temperley cambió mucho para mejor y lo demostró con su actitud de calmar familiares y amig@s ese día.] Yo, por razones personales, me tenía que quedar un par de horitas más en la zona, por lo que no podía salir lo más rápido posible, como sí hicieron mis colegas a rayas. Me quedé charlando con las chicas y me acompañaron por las calles del Sur de Buenos Aires, contándome tmb que recibieron insultos y ofensas por parte de algunas jugadoras Mambas mientras se desarrollaba el partido.
Más allá de lo que pasara con el equipo, me pareció pésima la actitud de la gente de Temperley que se piensa que va a ver un partido de futbol y que pueden comportarse como tal. No somos bárbar@s ni bestias salvajes, aunque el deporte sea de contacto. La pasión que se tiene por un equipo se tiene que sentir en la alegría de ir a verlo y en el entusiasmo de que le vaya bien y mejore, NO en putear a l@s Refferis porque las cosas no salen como querés, como si ell@s tuvieran la culpa.
Lamentablemente, por mucho que me guste ir a oficializar partidos de uno de los equipos que mejor me caen, no voy a volver a hacerlo al menos por un tiempo muuuuuuuuuy largo. Y es una decisión final, por mucho que me duela.
Política inclusiva, mis polainas
Esta parte es para la gente que no me cree que soy anarquista y que considero esa la mejor opción para MUCHAS personas y que el sistema, tanto estatal como escolar, es una reverenda mierda.
Ya un poco aclaré cómo es "la 3" en el posteo pasado, pero acá me toca especificar por qué no voy a ir más a laburar ahí. -¿Cómo? ¿No era que te encantaba el laburo y aprendías mucho? Sí, pero una cosa no quita la otra. Ahora NO PUEDO ir a trabajar más ahí por un episodio que ocurrió el viernes pasado.
Yo no suelo tenerle miedo a nada ni me amedrento si me atacan o amenazan. Menos si se trata de adolescentes, ya diría que estoy acostumbrado desde mis años del Liceo o desde antes (en la NEA, por ejemplo). Era tristemente normal en esa escuela que me golpeen chicos rebeldes, que me tiren piedras, que me amenacen chicos pasados de rosca (y de merca o en abstinencia de la misma), que me griten y me falten el respeto chicas... Es parte de la hermosa política inclusiva que propone CFK y las aulas y vidas de es@s chic@s totalmente destruidas que propone Scioli. De esto no se salva nadie, son tod@s responsables por igual de lo que me sucedió o me pudo haber pasado.
La semana pasada tuvimos como gran novedad que vinieron en distintos momentos (de alguna manera alternándose) tres varones que no habían venido en todo el año. Tienen un gran historial de levantarse en armas (LITERALMENTE) contra l@s profesor@s y la autoridad de la escuela en años anteriores, pero como este año no habían venido, no hubo tanto drama.
El viernes parecía un día caótico como al que estaba habituado, en el que vari@s chic@s se querían quedar en su aula usando Facebook o fumando, a espaldas nuestras. Yo no sé por qué motivo tipo dos de la tarde recorro los pasillos de la escuela (uno de mis hobbies diría) y siento un intensísimo olor a faso. Para mí es fácil reconocerlo, aunque nunca haya probado siquiera, por mis habituales y largas noches de (ska-)punk rock y de amistad. Entré a un aula donde estaban tres chic@s de los que vienen habitualmente y uno de los que no venían nunca (por ser menor de edad voy a proteger su identidad, pero toda la escuela y creo que todo Ensenada sabe bien quién es). Dentro de la misma aula siento un poco de olor a planta verde y les pido por favor que no fumen adentro, que si lo quieren hacer, que lo hagan afuera. En eso, este chico me contesta algo que no recuerdo muy bien y yo le doy una charla casi paternal sobre que las cosas cambiaron, que ya no son como eran antes y le pido por favor que me mire a los ojos cuando le hablo. Creo que ese fue mi peor error. El pendejo este se saca MAL y saca un palo que yo pensé que era de madera por el aspecto.
Salí del aula hacia preceptoría y el pibe salió, palo en mano, a buscar unas cosas que tenía en la sala de computación. Mientras estaba pidiéndole a un par de chic@s que salgan de la sala de preceptores, como hacía habitualmente, entra este chico y me dice que esto no iba a quedar así, se me aproxima y, sin darme lugar a reaccionar, me da un fierrazo en la cabeza. Y puedo asegurar que era un fierro porque lo sentí con la parte de arriba de la oreja y tengo el chichón hasta hoy, como si me lo hubiera hecho recién. Yo no pude hacer más que agarrarme la cabeza del dolor y por suerte el muchacho decidió irse de la escuela por su cuenta y armar estragos en otro lugar (siempre con el fierro en la mano, claro).
Era un fierro seguramente oxidado (por el aspecto digo) que él usó para golpearme como advertencia, me manejó como quiso. Si a él se le ocurría apuñalarme con eso o darme otro golpe después del primero, yo no contaba el cuento.
¿Yo cómo voy a saber reaccionar con un chico que viene así de drogado a la escuela, sin mediar un carajo las consecuencias de sus actos? ¿Y a qué clase de super-visor/a pelotud@ se le ocurre que un chico así pueda ir a la escuela con normalidad? ¿Dónde están los derechos del trabajador por los que taaaanto se luchó durante tantos años? ¿Quién me aseguraba que yo no terminaba muerto el viernes o cualquier otro día? ¿A quién le iba a reclamar justicia mi vieja si le daban la noticia que a mí me habían matado EN UNA ESCUELA?
Sé que puede sonar un tanto dramático, pero no veo por qué no puede haber pasado. Yo era bastante cercano a l@s discentes y más de uno (los varones, las chicas no) vinieron bastante falopeados a la escuela en más de una ocasión. Y con armas de verdad.
Ahora por suerte tengo la licencia que se me canta el culo tener, aunque para eso tengo que ir a hacerme mil estudios que aseguran que yo no estoy capacitado para volver a laburar ahí (como si fuera realmente necesario, no? Tenés testig@s por todos lados para preguntar lo que pasó).
Espero que estas experiencias sirvan para que otras personas entiendan que aunque se tengan buenas intenciones para hacer las cosas y construir un mundo mejor, hay MUCHA gente que no tiene buena voluntad para que eso suceda y trata de hacer las cosas a su modo, cagándose rotundamente en lo que vos quieras. Patoterismo, que lo llaman algun@s, o libertinaje otr@s. El caso es el mismo.
Yo voy a seguir haciendo mi vida como me enseñaron y como conozco: siempre dando lo mejor de mi para transformar este mundo en algo mínimamente habitable para mis hij@s y para las generaciones que viven hoy tmb. Verle el lado soleado a la lluvia torrencial que hubo en mi vida en una semana.
De paso le agradezco a mucha gente que me ayudó a pasar estos malos tragos: las chicas del equipo de las DFD; mis colegas de la 3;
Me despido, triste por los episodios, pero esperando que genere algún tipo de reflexión en las demás personas. Estas experiencias sirven. Todo enseña.