Cuestiono la capacidad de crecimiento del Ser Humano. Me parece fascinante la evidencia que hay a favor de la estupidez humana y la dejadez que se tiene para mantener todo como está.
Escribo esto en una época donde Ser, Cultura y Conciencia son marcas comerciales; un pulpo muerto o cuatro lineas y un cuadrado puestos al azar son considerados arte; la rebelión es chic y pop art; la Libertad es una calle donde se venden objetos robados; y el "Amor" es una fantasía tan gastada que parece una burbuja capitalista a punto de explotar de falacias.
No se ve a las personas por su verdadera profundidad, su identidad más pura, sino que se la etiqueta para identificar con mayor facilidad. Lo que un@ cree ver no es y la pureza de un movimiento personal pasa inadvertida entre tanto barullo despreciable.
No digo esta entrada como una novedad, como una noticia sumamente reveladora, sino como un simple análisis cotidiano de lo que me rodea.
Somos cajas, formas geométricas sin fin, que se pueden rellenar con lo que otra persona cree correcto. ¿Pero qué es lo que vale en realidad? O servís, o no servís, suelen parecer decir las organizaciones sociales de cualquier tipo. Pero cuando se analiza más hacia adentro que hacia afuera se ven las posibilidades de fortalecer un ser propio que modifique la realidad tan simplona que l@ rodea.
Ser felíz no es fácil, pero tampoco obligatorio parece. Rara vez cruzo en la calle personas con ganas de quedarse hablando con un/a extrañ@ por placer y por aprender (¿Rara? Me quedo corto me parece). La fusión extravagante entre querer tener una vida agradable y obedecer las reglas de l@s de arriba. De esas 7 u 8 personas que "dominan el mundo" y deciden por vos qué podés y que NO podés hacer o ver o comer o tener o usar o matar.
Me encuentro viendo muchas personas grises y sorprendiéndome de la grisisitud que puede tener una ciudad profundamente turistica, o también conocida como "me hincha los huevos la gente que no es de acá, pero es la que mantiene mi estilo de vida".
Vengo con ideas extrañas, lo sé, con una mente poco frecuente y bastante distante de lo "normal" (blergh!). Tengo tantas herramientas y tantas ganas de mostráselas a las personas dispuestas a usarlas que me duele no hacerlo. También esa pasión brutal con que juego a diario con un espejismo que me desea, pero como un arma de doble filo que la acaricia y le hace mal.
Acumulo semillas que adquiero en debates eternamente nocturnos y las desparramo por suelos de la Ciudad de la Furia, Lanús (por ahora), Alto Valle, Bariloche, o donde me lleve mi viento.
Organizo mi tiempo en función de lo que siento y tengo ganas de vivir y enseño a disfrutar de la vida a las personas que tienen unos minutos para escuchar a un anciano de 25 años.
Me esperanzo al leer que no soy el único que analiza todo detalladamente o que tengo amig@s rar@s; o que me gusta opinar; o que le gusta lo prohibido; o que llora en silencio por querer a alguien que l@ llena de felicidad.
No, no hay futuro, de acá a 20 años no existe el futuro. Hoy es el día que hay que vivir y por el cual hay que combatir. No se trata de "mejorar la ecología" o "donar sangre un día" o "#niunamenos", porque sigue habiendo tanto desprecio humano, tanta mercantilización de los cuerpos, tanta esclavitud tan cerca (legal/ilegal), tanto abandono de persona diario, que al parecer hacer buenas acciones es ser un enfermo que no entiende las reglas del juego.
Que ell@s se manejen con su Libro, yo tengo el mío, que me acompaña a todos lados bajo el brazo con el fin de creer no en la bondad del ser humano (ja!), sino en que se pueden soltar l@s sujet@s sujetad@s para dejar de ser objetos de la manipulación de otr@s para ser finalmente personas libres, llenas de buenas acciones que hacen bien y ayudan a crecer al mundo. Pobre Planeta Tierra, le quedan pocos años, si sigue acumulándose gente de gentío en su territorio tan vastamente bastardeado.
Tal vez fui educado distinto y eso me condena. Tal vez no sé qué es pasarla mal o vivir por el suelo. O tal vez mi camino es este y tengo que seguir por acá, haciéndome caso para dar cada paso con la seguridad que llegaré a algún lado.
Le soy ajeno a lo que pasa alrededor mío en términos de cotidianeidad, porque no me quiero hacer responsable de lo que esta sociedad imbécil logre en conjunto si se trata de miserias como veo al abrir los ojos.
Ahora puse el título del posteo. La única frase que me tatuaría, en el caso de que sea estríctamente necesario (o sea, nunca).
Ya voy a dejar por hoy esta reflexión, porque las Erecciones siguen siendo el tema de conversación, junto con la Copa América y las nuevas tecnologías táctiles para no tocarse entre l@s humanos. Vomito sobre esta superficialidad banal y zonza. Esquivo enfermedades de estación, planifico esquemas invisibles con la exactitud de una estrella fugaz encendida y construyo una Escuela inexistente y prohibidamente ilegal. Espero por la nieve...