Vuelvo a escribir después de mucho tiempo, sepan disculpar la demora. Tuve muchos cambios agitados desde la última visita a Buenos Aires y ahora.
Tomé titularidad en una escuela primaria especial en el "campo pappa"//Barrio Sarmiento, a la cual denominan estigmativamente en el barrio "la Piroloco".
Va a ser mi primera experiencia con niñ@s, teniendo en cuenta que jamás tuve la oportunidad de trabajar con ell@s, desde el 2010/11 en Estados Unidos.
Ya veremos qué tal me va, pero me tengo fé.
Mucha gente me dijo "ya está, ya tenés todo tu futuro asegurado", pero en este momento de mi vida lo que menos quiero es tener una seguridad por los próximos 25 años. Cuando tenga hij@s tal vez, pero por ahora no.
Estoy pensando en otras cosas, pero esto me sirve como experiencia para conocerme más a mí mismo y para analizar mi capacidad docente al máximo, a ver si soy fiel a lo que predico.
Ahora sí me puedo poner a hablar del tema que tenía en la cabeza este último tiempo.
Hace rato que quería comentar sobre lo que veo actualmente en la sociedad con respecto a lo que generan los celulares.
Es muy triste ver la habitualidad con que la gente vive sumergida dentro de los mundos virtuales que proponen estas computadoras de bolsillo. Lo que antes se buscaba desde un debate, o una comunicación cara a cara o cuando sumo telefónica, hoy es un chat de Whattsapp. La inteligencia que puede llegar a desarrollar una persona promedio se ve interferida constantemente con aquello que se muestra en el mundo ajeno, desconocido pero "creado personalmente" de las telefonías móviles. Porque no es que se pueda hablar ya de una cuestión parcial, banal u ocasional, este tipo de tecnologías han reemplazado PERMANENTEMENTE a la personalidad íntima, cuidada y reservada. Se exige ser alguien en las "redes sociales" virtuales; se exige pertenecer a los grupos que se proponen; se exige que el ritmo de vida sea lo más lejano a lo que un@ quiere, porque sino, "no sos nadie". Se exige tener lo último de lo último en high techs... ¿pero se pregunta qué es lo que se quiere en verdad? ¿Alguien piensa en lo que sueña un ser humano? ¿Se suma a las personas a los grupos, o se las califica en base a lo que dice o hace virtualmente?
Me da mucha bronca no entender cómo los celulares se ganaron el lugar que previamente tenía la televisión (el famoso "mamá, papá, tele"), aunque absorbiendo a tod@ aquel/la que ose tener un celular inteligente, i-phone o como lo llamen. Incluso dentro de las mismas familias, en lugar de decirse algo a la cara, se usa este medio como informativo intrafamiliar. Ya perdimos el tono de voz, la claridad de las ideas, las intenciones, la fuerza, la mirada... y la personalidad.
Seguimos siendo incapaces de separar la vida cotidiana de lo que pasa adentro de nuestros bolsillos, sea con una billetera o sea con aquello que puede comprar.
Vamos camino a una relación gutural entre las personas, en la cual un día sin internet puede llegar a significar el triunfo de la cobardía y la falta de visión. Suicidios masivos en mazapán. Enloquecimientos varios. Desesperación. Desaparición. Valdría la pena esperar para verlo.
O lo que podemos hacer es darnos cuenta de lo que nos pasa para evitar sus consecuencias más fatales. Si somos un poquito viv@s, llegaremos a lograr construir un mejor futuro. Pero tenemos que escucharnos, vernos, ser creativ@s y redignificarnos, con todo lo que eso significa.
Juguemos al ahorcado, está muriendo el patriarcado
Cambio de tema! Con urgencia, porque vale la pena decirlo así, con carátula, placas rojas y mucha fuerza vital.
Ayer hubo otra marcha por la pelea de las mujeres no tan estrictamente por un reconocimiento social (como se pedía en las olas previas del feminismo), sino por desnaturalizar situaciones que para un hombre que no se pone en el lugar de ellas, no tienen sentido (entre otros muchos pedidos que no pretendo abordar en este blog).
Pero vos no sabés lo que es ser acosada desde los ONCE AÑOS hasta quién sabe cuándo; vos no sabés lo que es tener que pedir por lo que te corresponde naturalmente en la sociedad; vos no sabés lo que es que te vean con inferioridad simplemente porque naciste con otros genitales; vos no sabés lo que es que te traten como un objeto sexxxual CONSTANTEMENTE ESTÉS DONDE ESTÉS; vos no sabés qué quiere decir "feminismo"; vos no sabés lo que es que te discriminen, que te caguen a trompadas, te violen o te maten por ser travesti, trans, lesbiana, bisexual, o simplemente por tu género; vos no sabés lo que quiere decir "micromachismo"; vos no sabés de dónde salen esos gritos con voces masculinas que no te hacen sentir halagada, sino observada TODO EL TIEMPO.
¿Por qué lo digo yo si tampoco lo sé? ¿Dónde quedó mi masculinidad al hablar así? ¿Pollerudo, puto, castrado, gay reprimido, feminazi? ¿Qué me vas a decir ahora? Vení y encarame de frente. O mejor: lee, escuchá, hablá con alguna nena, chica, mujer o señora que te cuente sobre lo que ella vivió o lo que le dijeron alguna vez, porque el gran problema no es que algunos hombres sean acosadores, sino que TODAS LAS MUJERES FUERON ACOSADAS alguna vez. TODAS.
No tengo más que decir por ahora. Tengo la mente en otro lado, pero me debía esto hace un tiempo.
Próxima edición: análisis (parcial, obvio) de la Vendimia y de otras yerbas de Mendoza. Bah, yerbas no: duraznos, uvas, manzanas, melones, sandías, aceitunas, tomates, ciruelas... creo que se entiende el punto.