En esta ocasión me gustaría utilizar la canción de Luis Miguel (¿o diría de Armando Manzanero...o de Jackson 5?) como nexo para contar anécdotas y sensaciones veraniegas. Sé que puede sonar un poco "banal" viniendo de mi parte pero esperen que tiene un poco de todo lo que me gusta hablar en un solo posteo. Ahí va.
Tuve la oportunidad de vacacionar este verano en dos lugares distintos: por un lado fui a Miramar (o Miramoishe como se la conoce coloquialmente por ser una ciudad elegida por gran parte de la comunidad judía) y San Clemente del Tuyú. Paso a describir las sensaciones que me dejaron ambos lugares aunque haya estado sólo algunos días en cada uno.
No es sólo una playa kosher
Como todo judío argentino que se precie de tal, tengo muchísima historia en Miramar desde mi infancia, lo cual un buen día terminó, dado que el tiempo fue pasando y nuestra familia dejó de ir. La última vez que había ido fue hace 15 años, por lo que era volver a sorprenderse con la nostalgia de calles que reconocía con otro cuerpo y otra identidad.
Es una ciudad que se ufana de ser muy family-friendly, pudiendo verse tanto en la playa como en la peatonal a muchas familias con niñ@s chic@s o adolescentes correteando por ahí.
El mar que baña sus costas tiene cierto oleaje y es divertido para aprender a barrenar, aunque hay demasiada gente bordeando la costa para mi gusto.
Noté en los balnearios un "crecimiento" que permite más organización en las actividades a realizar dentro de los mismos: piletas privadas, canchas de volley y de futbol cercadas, jacuzzi a la sombra que junto a los ya clásicos shows en vivo o clases de zumba hacen que no sea tan monótona la estadía. Eso sí: es creo que la única playa del mundo (me animo a decir) en que se puede ver gente jugando al Burako, siendo un juego que no es tan popular en Israel como yo creía pero sí abundante en Miramar.
Con respecto a los vendedores ambulantes desde la carpa escuché y vi las siguientes propuestas: vestidos y sombrillas (a precios exorbitantes), pochoclos, choclos, gaseosas y me sorprendió encontrar al vendedor de provoleta caliente, idea importada de Brasil por lo que pude notar, y no escuché ni al pirulinero ni al tradicional barquillo o al heladero pero eso puede ser por mi ubicación en ese momento.
Siendo una playa muy habitual de la comunidad judía (está el viejo chiste que me decía mi hermano que para entrar a la misma tenías que presentar el carnet de Hebraica, Hacoaj o Maccabi) no entiendo cómo a nadie se le ocurrió todavía ir por las carpas gritando "KINSHES DE PAPAAAAA, AL LEICAJ, BOIOS, LAJMASHIM...COMPRE, COMPRE, COMPRE, NO SEA UN POTS". Si no veo que se populariza esto en unos años prometo hacer un sketch estilo Moldavsky al respecto.
Personalmente me saturé un poco de ver personas, sobre todo niñ@s, dando vueltas y gritando, lo cual me afectó negativamente. (He aquí las consecuencias de pasar un confinamiento como el del 2020 con una personalidad como la mía.)
No es sólo Mundo Marino
Paso a hablar de San Clemente. Por testimonio de mi hermano, el único de mi familia que se acordaba cuándo habíamos ido, fuimos a veranear a estas playas con mi núcleo familiar allá por Verano del ´92. Por supuesto que no me acordaba nada de lo que había visto y fue todo nuevo para mí. Las playas tienen muchísimo más espacio que las de Miramar (en serio, es un montón de distancia de arena antes de adentrarse en el mar) pero por lo que noté los balnearios no son tan dinámicos, lo cual es entendible, siendo un destino mucho más humilde y sencillo que otros de la Costa.
Me quedé en un balneario que cobraba $2000 por día por carpa (un precio razonable) mientras que el balneario de AL LADO cobraba $3500, con muy pocas diferencias, lo cual habla de la poca regulación que hay por parte de empresarios privados evidentemente.
Había una sola cancha de volley en el balneario de al lado, el cual disfruté y donde aprendí lo que es "dejar remera": posicionar tu remera enrollada en la red para guardar un turno para jugar después con tu equipo. Hermosa organización anti-jerárquica (aunque he visto cómo la trampeaban para jugar varias veces seguidas también). ¿Torneos de truco, metegol o algo así? Nah, ni por asomo.
En estas playas también vi chocleros, pochocleros, vendedores de artesanías, pulseras, pelotas y otros elementos de playa, etcétera. Noté un ambiente mucho más calmo y relajante que Miramar.
El mar es muuuuy tranquilo, con pocas olas incluso cuando se supone que esté "picado". Ideal para despejarse en el mar o ir con niñ@s chiquit@s a que conozcan por primera vez el mar.
Ya que estaba en esta localidad, tenía que ir a su atracción históricamente más conocida: Mundo Marino. Aparte de sacar algunas fotos espectaculares y de ver animales que no acostumbro observar con frecuencia, entendí de qué se trata este zoológico y cómo es el estado de conservación de las especies que allí habitan. Tuve la oportunidad de hablar con un empleado del lugar con evidente experiencia que me comentó que los espectáculos que se muestran (a mí entender, un poco exigentes para los animales con el fin de contentar al público humano) son tomados por los cetáceos y mamíferos marinos como un entrenamiento ya que si no realizan actividad física, se les atrofian los músculos (igual que nos pasa a nosotr@s) por lo que venga gente o no, ell@s tienen que ejercitarse. Elijo creer para no pensar que se trata de explotación animal, aunque así parezca. Lo que sí no me cerró por ningún lado son los espectáculos que mostraban animales de otros biomas viviendo en esa reserva: papagayos, una llama, hipopótamos (cómo llegaron acá es un misterio para mí), búfalos y otros que no tenían el menor sentido en un clima bonaerense. Según este biólogo y los carteles que se ven en Mundo Marino, todos los animales son rescatados de cautiverio y no podrían sobrevivir en un ambiente natural. De nuevo: elijo creer. Los espacios dedicados a los animales (sobre todo los marinos) son muy reducidos pero el planteo es cómo podría hacerse para agrandarles cada lugar si para eso se deberían comprar las tierras aledañas y modificar casi por completo la mayoría de los espacios, todo para beneficio de los animales, cosa que no creo que sea prioridad para los dueños (privados) del parque de diversiones zoológicas.
No culpes a la noche
Paso a comentar sobre la vida nocturna de uno y otro destino turístico.
Miramar: La peatonal es amplia y populosa. Hay gran variedad de tiendas de ropa, HELADERÍAS (no sé de dónde salieron tantas), librerías, negocios de chucherías y patios de comidas.
Pude llegar a ver a lo lejos algún que otro espectáculo callejero cerca de la zona de artesanos (muy variada y recomendable por cierto) pero también escuché una crítica por parte de uno de los actores que está haciendo temporada ahí hace más de 20 años: parece ser que la municipalidad les dio sólo un par de cuadras y lejos del pleno centro para poder realizar su espectáculo. ¿Por qué? Eso no me quedó claro, pero sí me parece que hay un tema que resolver ahí. Al igual que explicarle al pueblo de 30000 habitantes por qué mataron a sangre fría a Luciano Olivera, siendo la teoría más latente la de un ajuste de cuentas entre el tío (policía) de este chico y otro comisario por un tema de drogas. Otro motivo por el cual es la institución policial la que tendría que ser voluntaria y no los bomberos, al revés de lo que sucede.
Perdón, me fui de tema. Retomando: Hay una atracción nocturna que recuerdo con cariño, a pesar de no ser de mis favoritas (de hecho no sé si alguna vez me subí a uno) que es el Trencito de la Alegría. En mi cabeza tenía la visión de un vehículo infantilizado con diversos personajes de la cultura popular y canciones para entretener a l@s más chic@s. Con el tiempo, por ese morbo que tenemos los humanos, este jolgorio ambulatorio fue (y es) utilizado en despedidas de solter@s y demás fiestas para adultos. Hasta ahí no le veo el inconveniente, quitándole todo el tabú que puede tener el jugar siendo mayores. Pero lo que vi en Miramar por lo menos me pareció que cruzó ciertos límites que poco tienen que ver con esta dinámica lúdica: por testimonio de un niño de 8 años relacionado a mi familia y por escenas que vi en la noche miramarense noté que aquellos simpáticos personajes encargados de alegrar el verano de pequeñ@s se convirtieron (al menos los que vagan por las noches) en peluches gigantes más parecidos a FNAF que a los sueños idílicos de las niñeces. ¿Por qué digo esto? Porque noté que los movimientos de muchos de estos actores disfrazados tienen connotaciones sexuales (siendo el más conocido, aquel gesto que popularizó el Dibu Martinez cuando le ganó a Colombia) y la música que se pasa en los Trencitos de la Alegría en ocasiones dista mucho de la que se recomienda para la niñez. No se escucha tanto Xuxa o Flavia Palmiero (uy, se me cayó el DNI verde) o el Sapo Pepe sino Reggaetón comercial o música que yo personalmente no recomendaría para chic@s en edad primaria. ¿Esto quiere decir que tiene que haber censura en la música que se pasa en las noches de vacaciones, viejo amargado? No, pero sí un poco de consideración para respetar las etapas evolutivas de la niñez, pelmazoide. Igual retomaré este punto más adelante.
Otro punto muy destacable de las noches de la costa son las casas de videojuegos (o "fichines" usando el léxico de Nivel X). El más popular de todos por lejos es "Pibelandia", que me dio tantas alegrías cuando era chico. [De hecho todavía recuerdo cuando salió la película Titanic allá por el ´97 y mi familia la fue a ver a un cine local, que ya no existe, y me dejó a mí con mi abuela (emboladísima) en ese local de videojuegos mientras ell@s se iba a ver la película de James Cameron.] En San Clemente también vi unos cuantos pero me sorprendió un detalle que evidentemente delata mi edad: cuando yo era chiquito lo que hacía habitualmente era ir a los fichines a ver cómo jugaban los otros más que para gastarme todas las fichas. Me entretenía bastante viendo la habilidad de manos y reflejos que tenían grandes jugadores adolescentes que notaban dedicación para tener el máximo puntaje o llegar incluso a ganar el juego. Hoy en día ya no es así, sino que lo más importante es ganar tickets o peluches en las crane machines (máquinas de grúas). Los videojuegos de antes hay que buscarlos con lupa y realmente hay que invertir bastante plata para tener cierto éxito (material, no simbólico) en este tipo de lugares. Por otro lado hay un detalle que estamos pasando por alto con lo que concuerdo con Baitybait: todos estos juegos, así como la posibilidad de comprar cofres en el mundo de los videojuegos, están volviendo a toda la nueva generación en ludópatas, siendo que para conseguir una recompensa lo que vale no es la habilidad o el entrenamiento sino gastar plata y apostarla en la posibilidad de conseguir algo. Prepárense para ver informes en los que se ven personalidades adictivas en distintos aspectos y con poca proyección de futuro porque este es sólo el comienzo...
Con respecto a la noche de San Clemente del Tuyú me sorprendió gratamente la cantidad de opciones que hay para disfrutar cuando cae el sol en este pequeño pueblo de 12000 habitantes. En los días que estuve vi tres espectáculos circenses callejeros, dos puestos ambulantes con obras de títeres, una feria artesanal hermosa y muy variopinta, otra a la que también le compré cosas, diversos y esporádicos artistas con instrumentos y DOS ESPECTÁCULOS DE TRANSFORMISMO (sí, dos).
Esto último fue lo que más me sorprendió, sobre todo teniendo en cuenta que es un lugar bastante humilde en comparación con otros destinos de la Costa y aún así lograron un trabajo muy bueno, de la calidad que puede verse en Mar del Plata. Se nota la formación en Café Concert, Cabaret, espectáculos Vermout y mucha experiencia para trabajar con el público presente y el que pasa por la peatonal. Si están leyendo esto, quiero volver a decirles que les felicito por el trabajo realizado y que incluso me quedé con ganas de verlo nuevamente. Por cierto, una aclaración sobre este show: los horarios de estos espectáculos eran entre las 23 y la 1 de la mañana, lo cual se denomina "función vermut" en la jerga teatral. Es esperable que el tipo de presentaciones y de lenguaje que se utilice en esas funciones sea más bien dedicado a un público adulto. Si vos ves que un travesti te dice, a las 12:30 de la noche "función para todo público" desconfiá, sabiendo que es parte de su actuación; no lleves a tus nen@s chiquit@s pensando que es una función ATP porque se cae de maduro que va a estar lleno de puteadas (ensayadas, por supuesto) y juegos sexuales dedicados a un público adulto. Me pareció MUY negligente por parte de m-padres que llevaran a infantes a ver estos espectáculos (a pesar de que les están mostrando que la gente LGBT+ existe y son igual de humanos que cualquier otr@).
Algo que me sorprendió negativamente fue una cuestión que vi repetida en varios comercios, consecuencia de otra cuestión que me llamó la atención ver. Se sabe que la Argentina se caracteriza por la constante crisis económica y por la falta de estabilidad laboral y etcétera, pero acá vi todo lo contrario. Ni siquiera cuando viví en Inglaterra vi tantos negocios que dijeran "se busca emplead@". Después de hablar un poco con la gente local me decían que las personas nuevas no duran ni dos semanas en los trabajos porque se cansan o no tienen constancia. Esta creo que es la razón principal por la que vi en varios restaurantes a menores de edad (a veces incluso niñ@s) trabajando. Sí, puede ser que falte gente, que l@s chic@s sean parientes del dueño y lo hagan por voluntad durante un ratito o porque es su primer trabajo, lo que quieras, pero me hace ruido igual.
No culpes a la lluvia
Sequías extremas, calores insufribles, incendios a lo largo y ancho del país (cuando los medios sólo muestran fuegos y catástrofes de otras partes del mundo para confundir) y demás consecuencias nefastas de negar el cambio climático por tantos años. Es cierta la frase "no hay un plan(eta) B" porque este está jugando los minutos de descuento. Este año, por ejemplo, hubo una sequía sorprendentemente profunda en la provincia de Buenos Aires y en el litoral, provocando consecuencias bastante calamitosas. Y no es una novedad lo que pasa, es la desidia de los grupos de Poder que se encargan de enmascarar todo echándole la culpa al otro: la falta de lluvias, azares de la meteorología, la gente que no recicla o no sé que excusa de mierda tendrán para tratar de tapar un bosque con un árbol (si es que no los talaron a todos). Hicieron hasta 46° de sensación térmica en C.A.B.A. mientras estaba en la Costa y la bahía de San Borombón estaba bastante más seca de lo que debería. No nos damos cuenta de todo lo que estamos contaminando y cuando realmente reaccionemos veremos que no podemos comer dinero. Considero que algo tenemos que hacer para cambiar esta triste realidad palpable.
Sobre estos dos últimos puntos que nombré (gente que no dura en los trabajos, cubiertos por menores de edad y los conflictos medioambientales) quiero pensar que la escuela debería involucrarse más para poder mejorar el presente y el futuro de la humanidad.
¿Será que no me amas?
¿Cuántos versos más tengo que componerte para demostrarte que el Fuego que sentí en Oktubre del 2013 originó la revolución armada que sigue luchando por su libertad aunque no encuentre la manera de manifestarse activamente a diario? Porque te mentiré el día que te diga que no pienso más en vos y que lo que nos pasó fue pasajero, producto de la dialéctica utópica de nuestras fantasías. Se sublevaron los planes que tenía hasta ese momento, perfectamente organizados como me gustan a mí pero que se resquebrajaron ese cruel día que te dí la mano y mi cuerpo entró en ebullición. Ambos sabemos que el beso estuvo de más y fue ridículo lo que pasó después, pero no hay manera de explicar en los libros de Historia cómo se puede empezar un conflicto bélico en el momento en que se intercambian cadenas proteínicas desde las extremidades. Espero que ese sea el símbolo de nuestra lucha: que se nos vea como dos seres que alguna vez se amaron y se entendieron sin saber qué iba a pasarles en el futuro, qué crueldades iban a despojarte de todo lo que tenías e iban a enfrentarme a los fantasmas de la miseria humana, obligándome a pelear en un frente para el cual nunca se termina de estar preparado pero para el que voy dejando la vida porque así quiero dejar mi huella.
Por muy sanguinario que parezca el destino vuelvo a recurrir a ese duelo eterno en el que la incertidumbre se apodera de mis pensamientos y me dejo llevar por lo que pasa en mi interior, completamente rendido a los avatares de la desazón. Y tuve que ver "Satisfied" por vez número cuarenta y cinco para darme cuenta que me puede pasar lo mismo que a la protagonista. Que hay un millón de cosas que todavía no hice, pero que nunca voy a estar satisfecho. Porque vos no te animás a llorar conmigo, a prestarme tus lágrimas dolorosas, puñaladas teñidas de desidia y frustración. Porque confiás en mí pero no lo suficiente porque, lo dijiste bien, "no me conocés y no sabés quién soy" pero más que nada porque tenés miedo de que te deje, de que traicione a mis propios principios y mis propias palabras y sea hipócrita con el mensaje que te dije en nuestro árbol, aquel que fue asesinado de su hábitat por un bien mercantil, para que no queden rastros de que alguna vez allí reímos juntos, leímos poesía ilegal de un libro azul y nos besamos para provocar a la ley con gravedad. ¿Cuántas veces más te lo tengo que decir, naricita? Yo no puedo dejar de amarte porque no es una elección. Puedo seguir con mi vida y hacer de cuenta que no te extraño, que no imagino un futuro a tu lado, que no golpeo a la almohada porque no estás cerca, pero la mentira no me sale natural. Desearte la felicidad sí. Alegrarme por tus logros también. Y anhelar que me hables y te intereses por mí sin que te lo tenga que pedir es un rezo ateo diario. Espero volver a verte y finalmente dormir con vos en un día sin final, en una noche apasionada llena de sueños compartidos y caricias desordenadas, cuando volvamos a ser uno y dejemos escapar esos orgasmitos lentos hasta que el tiempo dé una fecha de fallecimiento. Te extraño desde lo más profundo de mis venas y como dije alguna vez lamento que el resto de las mujeres que voy conociendo en mi vida lo sepan, pero yo tuve la suerte de encontrar al amor de mi vida a los 24 años, siendo que quieras continuar con esta historia o no con una escenografía de montaña. Yo sigo ahí viendo pasar los calendarios hasta que la fruta caiga del árbol y quiera hacerse una con su naturaleza. Este es el ruego de "mi enamoramiento propio de solitario acumulado".
Redondeando un poco puedo decir que agradezco la posibilidad que tuve de ir a veranear aunque sea unos días a dos destinos distintos de la Costa Atlántica. No serán las playas más lindas ni las mejor preparadas, pero forman parte del territorio que elegí para vivir y de mi historia personal. Esto lo vi acentuado sobre todo por la música que podía escucharse en los paradores o en los parlantes de las personas que vacacionaban al mismo tiempo que yo. Me sentí muy a gusto y "protegido" al escuchar mucho rock nacional y alguna que otra canción de los ´80 que reconocía mientras veraneaba. A veces pasaban otras canciones que no me representan, pero siguen siendo en mi idioma, por lo que puedo comprender la letra al menos (esto no pasa ni en Brasil ni en las playas europeas, africanas o asiáticas). También la posibilidad de hablar con gente de otros lados y jugar al truco o al Burako con otra gente desconocida (y ganar :P) me dio mucha satisfacción.
¿Qué pasó con el COVID se preguntarán? Bueno, había que reactivar el turismo y para eso se abrió todo o prácticamente todas las actividades, después de un año trágico a nivel comercial para toda la Costa Atlántica cuyo principal ingreso anual son tres meses de turismo. Había algunas restricciones o la obligación de usar barbijo en ciertos ámbitos, pero nada demasiado exagerado como venimos acostumbrad@s. ¿Cuáles fueron las consecuencias de eso? Que tanto mi viejo como yo fuimos apestados por Omicron y nos contagiamos de COVID (yo por segunda vez). Ahora ya estamos bien, pero somos otro número más de los que caímos como moscas y nos pasamos una semana encerrad@s. Parece ser que la moda del verano es contagiarse de Omicron. Esperemos que el futuro nos permita más libertades y que de una buena vez por todas se termine esta mierda del COVID-19 para volver a sentir la tranquilidad de caminar por las calles, ir a veranear como queremos o disfrutar de nuestros seres queridos sin restricciones.
P.D: Estoy en plena edición del audiolibro de "Pedagogía Incendiaria" como prometí que haría cuando lo saqué a la venta por primera vez. Ya avisaré cuando esté listo así lo pueden escuchar.