Hace mucho que no hablo por acá de mi labor profesional. Si revisaron mis redacciones antiguas se darán cuenta por qué me dedico a la docencia y por qué hago lo que hago. Pero si no me conocen o me siguen hace poco me parece oportuno recordarles mi verdadera pasión. Dar clase para mí no es una elección o una actividad rutinaria. De hecho ese es uno de los motivos que, justamente, me motivan para levantarme temprano y dedicar tiempo de mi vida que sé que no me van a pagar con dinero, siendo que es para lo que estudié, me preparé y lo que más disfruto hacer.
Tuve la oportunidad hasta ahora de recorrer ámbitos muy diversos para enseñar-aprender y descubrir nuevos paradigmas desde mi alumnado que me abrieron a distintas formas de pensar y de comprender el mundo. No siempre fue es fácil, pero no por eso menos entusiasmante.
Hasta ahora, después de 8/9 años de experiencia puedo pasar en limpio algunas cuestiones que aprendí:
_A veces las reglas se pueden doblar por el verdadero beneficio del grupo;
_Es real que puede existir un ambiente muy único e irrepetible entre las personas que están en ese momento frente a vos en las circunstancias que les "atan" a trabajar juntxs para aprender un conocimiento específico, siendo este uno de los puntos que tienen en común con el teatro;
_Hay situaciones que son mucho más importantes que las estríctamente pedagógicas y tienen que ver con lo estríctamente humano;
_Usualmente la interacción con el alumnado es lo más gratificante que vas a encontrar, sobre todo cuando ves un progreso y un aprendizaje significativo que te tomó mucho tiempo que entiendan;
_Tratarles bien puede marcar una diferencia sustancial en cuanto a su aprendizaje (sí, parece una nimiedad pero no a todo el mundo se les ocurre tratar al alumnado con cariño y respeto);
_Un/x docente no es sólo alguien que da clase, sino una persona que asume la responsabilidad de enseñar y predica con el ejemplo, en un sentido moral que no siempre llegamos a comprender;
_Lxs peores enemigxs de la educación lxs encontrás en los chats de Whatsapp de mamis y papis y ocasionalmente en sala de maestrxs. Aunque también lxs hay en el Ministerio de Educación o la Junta Calificadora, por citar algunos ejemplos;
_La educación no se termina (ni empieza) en el aula;
_Ya no se puede hablar de una educación SIN dispositivos celulares: hay que aprender a negociar con esas herramientas infernales;
_La ESI está en todo lo que hacés;
_Si el alumnado está mejor alimentado tiene la posibilidad de aprender mejor. Vaya novedad, no?
_Se aprende más sobre la vida en sociedad siendo docente que en cualquier otro trabajo;
_Las mejores recompensas que te da esta profesión son las que se ven al final o a futuro: cuando se logra tomar distancia de lo trabajado en clase, reflexionando sobre lo que sucedió en el contexto áulico y es el propio alumnado el que te dice desde lo más profundo qué fue lo que le quedó, qué mensaje le dejaste y qué impronta lograste marcar en sus vidas.
¿Por qué me estoy dedicando a escribir esto ahora?
En primer lugar porque es un tema del que disfruto muchísimo hablar en mi vida cotidiana. Nunca rechazo una charla relacionada a la educación o a la didáctica.
Por otro lado hago mi mejor esfuerzo por defender a mis estudiantes bajo cualquier circunstancia. Mi trabajo no es juzgarles, sino ayudarles a encontrarse a sí mismxs y a ampliar su criterio cuando tienen que tomar alguna decisión en sus vidas. Trabajar su pensamiento crítico, su capacidad de empatía y la cooperatividad también figuran entre mis constantes propósitos como docente.
Otro motivó que me motivó (valga la redundancia) para escribir esto fue una situación bastante tediosamente habitual en la que me puse a trabajar por obligación y necesidad hace un mes y es la de hacer informe tras informe del alumnado a contrarreloj, situación que derivé después de hacerme el boludo y que la directora de la escuela me llamara la atención. Hacer informes es una paja, es medio bodrio (si unx lo hace con la paciencia y dedicación que requiere) pero es algo absolutamente necesario tanto para vos como para tus colegas. [Bah, acá hablo como documentalista, y desde ese punto de vista es algo que veo como fundamental en mi tarea.]
También hay otra cuestión que tuve que hacer en estos últimos días antes de las vacaciones de invierno pasadas, que es poner notas numéricas de manera casi arbitraria a todo mi alumnado de una escuela especial. Evidentemente la Junta Directiva de Escuelas Especiales trata de seguir la pantomima de "acercar la educación de personas con discapacidad hacia una experiencia similar a las escuelas comunes" a un punto absurdo. Sé que va a sonar muy políticamente incorrecto lo que digo, pero hablo de la experiencia de un docente que estudió para dar clase en escuelas comunes y juega entre aquellas y las dedicadas a personas con discapacidad, porque se siente cómodo en ambas instancias educativas.
¿Por qué critico la decisión de la Junta? ¿Sólo por ser una herramienta fundamental del Sistema? No. No, es sólo eso. Paso a explicar:
En primer lugar tengo que detallar qué es una escuela especial. Se llama Escuela Especial (desde ahora EscEsp), al menos en territorio mendocino, a las escuelas, tanto primarias como secundarias, destinadas a personas con discapacidad. Como no hay un presupuesto tan amplio en el Estado, se suelen incluir en las mismas a todo tipo de personas que tengan el CUD (Certificado Único de Discapacidad), siendo este un requisito excluyente para formar parte de la plantilla estudiantil, quienes también DEBEN tener grandes dificultades para la inserción dentro de las escuelas comunes (desde ahora EscCom). Esto por supuesto tiene sus triquiñuelas, pero dadas las cosas como están, al menos existe esta distinción.
Según mi experiencia de trabajar en tres EscEsp distintas (sí, sé que son pocas, pero es mejor que nada; de todos modos pienso revisar esto en unos años para ver en qué chanfleo) existen muchas personas que necesitan de una asistencia especial para trabajar en la escuela, dado su grado de discapacidad o condición mental y/o social. ¿Por qué digo social? No sólo por los casos de personas que por su circunstancia personal tengan dificultades en cuanto a su trato con un/x otrx (que no suelen ser los casos más habituales), sino porque lamentablemente la GRAN mayoría de las veces las personas con discapacidad intelectual suelen ser consecuencia de una alimentación deficiente en sus primeros años de vida, o sea que tienen una discapacidad intelctual, y a veces física, relacionada directamente con la pobreza y sus condiciones de vida por debajo de los estándares esperables para una mente y cuerpo en desarrollo. Sé que es un poco osado lo que digo, como también decir que hay MUCHOS casos de personas con discapacidad que son hijxs de OTRAS personas con discapacidad, a lo cual surge la pregunta: ¿Quién cuida de una persona que no puede ser cuidada por sus xadres si lxs mismxs apenas si pueden cuidarse a sí mismxs? O también preguntarse por qué no hay talleres de ESI en las EscEsp como sí hay en algunas secundarias de Mendoza (esperando a que esto se replique en las otras 23 provincias) siendo que se necesita con suma urgencia. Voy a ejemplificar con un caso que tuve hace unos años: tuve un alumno que era notorio que no podía desenvolverse independientemente en su vida cotidiana, siendo que tanto su capacidad de escritura como de empatía para poder ponerse en el lugar del/x otrx eran deficientes, producto de su discapacidad. Este chico logró por cuenta propia decidirse a estudiar otros idiomas, siendo el chino mandarín uno de ellos, lo cual nos sorprendió gratamente a quienes lo teníamos de alumno. La cuestión es que su madre había sido egresada de la EscEsp donde le dábamos clase a este muchacho y en las diversas instancias en que la madre tenía que venir a la escuela se podía notar que ella necesitaba más apoyo terapéutico que su hijo. En este caso particular me comentaron que era la abuela quien tenía la custodia de ambos. El problema surgiría en el caso de que no esté "la abuela" o la misma fallezca. Así se simples son algunos de los dramones que envuelven la vida de muchxs de mis alumnxs.
Por supuesto que no todos los casos son así y que cada persona y cada familia son un mundo aparte, muy distinto de las demás. No es para deprimirles, sino para explicarles que la vida de personas con alguna discapacidad es MUCHO más compleja que la de las personas que no la tienen.
Volviendo al tema principal que me compete. Las escuelas especiales para adolescentes y adultxs en Mendoza tienen una forma de organización en la que el alumnado PASA seis años en la escuela. Lxs maestrxs/docentes de cada grupo son quienes se encargan de hacer un informe detallado de cada estudiante (no siempre estudian) alumnx y debatir con el personal directivo y el equipo psicopedagógico (en el caso de las EscsEsps es más psico y social que pedagógico, ya que suele haber maestras que se dedican específicamente a esa tarea desde un rol docente) si es que estx alumnx debe "recursar" ese año o "pasar al siguiente". Si les llaman la atención las comillas es porque no sucede lo mismo que en las EscCom en que la persona "avanza" como en una fábrica fordiana o tiene otra aproximación al conocimiento (al menos NO en las instituciones para adolescentes y adultxs; en las primarias especiales SÍ se puede repetir), sino que se evalúan otras características que tienen que ver con múltiples factores, entre ellos, el grado de su discapacidad. Es habitual encontrarse con que algunas maestras especiales tienen habitualmente los grados inferiores y otras los grados con más experiencia dentro de la escuela, al igual que pasa en las primarias, que las maestras prefieren trabajar más con los primeros o los últimos años, según su propio interés y gusto.
Otro tema: no todxs lxs docentes de EscEsp estudiaron para dar clase en este tipo de instituciones, siendo que les hablo en primera persona de un caso así. ¿Existen capacitaciones para equiparar esos conocimientos y darle más herramientas a quienes desempeñamos estas tareas? Sí, las hay, pero no son obligatorias. Nadie te las paga (de hecho muchas de ellas son privadas) y no te las exigen en ningún lado. Es más, me he encontrado con DEMASIADAS personas que trabajan en EscEsps sin tener título docente siquiera. Esto no es para denunciar a nadie, sino para aclarar un poco la situación que pasa en este tipo de escuelas, siendo un verdadero misterio para quienes nunca pisaron una.
El Estado banca a las EscEsps en Mendoza, permite que existan y les da una (deficiente) comida en el comedor para las personas que comen en la escuela, siendo que en MUCHOS casos es la única vez que ingieren alimento en todo el día. Es una realidad brutal, terrible, pero inevitable. Por medio del CUD reciben un subsidio, que en ocasiones es el único ingreso que tiene la familia para SOBREVIVIR, consecuencia de muchísimos otros factores. El presupuesto para las personas con discapacidad es insuficiente, y eso incluye a las EscEsp que NO-TIENEN-UN-MANGO. Hay que pelearse con los Ministerios para recibir plata para arreglar la escuela; si alguien quiere un elemento nuevo para sus clases lo tiene que pedir con varios meses de anticipación; los precios de las salidas escolares deben pelearse para que no les cobren lo mismo que al resto e incluyan a docentes y acompañantes; para ir a alguna excursión NO HAY TRANSPORTE así que se va en colectivo común (con todos los riesgos que eso implica), etcétera. Para quien piensa que soy un exagerado, les puedo asegurar que es real, siendo que doy clase en una EscEsp que no tiene edificio propio, sino que es una casa antigua refaccionada y NO TIENE RAMPA PARA DISCAPACIDAD, con todo lo paradójico que eso es.
Cambiando de tema, hace unas semanas me hice el examen psicofísico después de seis años. No tenía la obligación de hacerlo ahora, pero sí necesitaba completar algunos estudios médicos para seguir trabajando "legalmente" en EscEsp y tomar más horas en caso de que así lo quiera. En uno de esos estudios me vio un psiquiatra que, aparte de notarme ansioso (no hace falta aclarar la situación por demás estresante y desgastante de ese día, después de 4 horas de estudios médicos y FINALIZANDO con una entrevista cara a cara con un doctor de salud mental que no me conoce y me pretende juzgar por charlar conmigo por 15 minutos) me preguntó: ¿por qué elegís trabajar en Escuelas Especiales? A lo que le respondí desde la ingenuidad que me daba el cansancio de la jornada. En primer lugar porque es más fácil (¿Más fácil? me respondió el especialista) ...entrar a trabajar, teniendo en cuenta que no cualquiera se anima y por otro lado por el desafío: no hay dos días iguales en una escuela especial. Es imposible pensar que lo que vas a planificar con todos los grupos te va a salir porque es una descarada mentira. No hay dos personas iguales en el mundo y eso se nota por demás en las EscEsp. Tenés lo mejor y lo peor del mundo ahí mismo, frente a tus ojos. Hay casos en que es tu propia constancia y tenacidad, junto a la de tus colegas, la que hace que a la larga se vea un progreso en esa persona a la que le insististe para que participe de las actividades o trabaje en clase. O hay otrxs alumnxs que a la primera de cambio ya empiezan a trabajar correctamente en lo que les proponés, pero que hay que seguirles atentamente porque puede pasar cualquier cosa en el desarrollo de la clase. También se ve con mayor claridad que en las EscCom los casos en que hay retrocesos en el desarrollo evolutivo de cada persona; siendo que no siempre se puede trabajar de la misma manera con la misma persona y a veces hay que retroceder varios casilleros, perder un turno, tirar de nuevo los dados y volver a jugar para seguir adelante.
Aún con todas estas cuestiones en el medio, puedo decir que la satisfacción que se siente es ENORME y muy placentera. Cuando empecé mi carrera no me imaginé que me dedicaría a trabajar también en EscEsp, pero me siendo muy cómodo haciéndolo. Hay otro código de trabajo en estos lugares y otra forma de relacionarse con el alumnado y con los colegas. A diferencia de las EscCom hay una complicidad implícita (y a veces explícita) en que nos entendemos sobre el camino a seguir sólo con la mirada o un empuje hacia los objetivos que perseguimos con cada grupo, que suelen ser MUY distintos a los que se tienen con otros. Como me dijo alguna vez la secretaria de la primera EscEsp donde trabajé: "es linda la escuela, quedate". Es lindo trabajar en Especial, es otra forma de ver el mundo. Y muchas veces salgo de ahí (quemadísimo por el esfuerzo mental que requiere) pero diciendo "LA PUTA QUE VALE LA PENA ESTAR VIVO", aprendiendo de humildad de la manera más humana que existe.
P.D: Desde ahora empezaré a usar la x en lugar del @ para referirme a palabras de género indefinido, ya que por un lado prefiero aproximarme un poco más al estilo de escritura usada históricamente por el anarquismo, siendo que les quiero rendir un sentido homenaje y continuar su camino, y por otro lado para que sea aún más inclusivo con las personas no-binarias, porque en ocasiones la @ puede ser interpretada sólo como A o como O.