miércoles, 30 de septiembre de 2009

Nuestra basura es su tesoro

La entrada que voy a escribir a continuación promete ser de las más fuertes, asi que quedan advertidos desde el comienzo. El otro día fue Iom Kippur (Día del Perdón) en la religión judía por lo que es tradición ayunar durante todo un día para que Dios nos perdone de los errores que cometimos en el año (judío) pasado. En mi familia seguimos ese rito, al igual que otros, el cual cuesta muchísimo de mantener porque no sólo son 24 horas sino que entre una cosa y otra terminan siendo como 25 o hasta 27 si el servicio de la sinagoga se hace muy largo. Por suerte casi ni sentí el hambre pero en las horas finales mi cuerpo estaba extremadamente débil; lo más increíble de toda esta experiencia fue que empecé a valorar de otra manera la comida. Es la 1ª vez en seis años de ayuno (a veces no completo porque no llegaba a resistir) que veo algo nuevo en el mundo por medio de esta festividad tan especial. Gracias a que estuve un día entero sin comer pude llegar a esbozar el sentimiento de no tener un plato de comida en la mesa al menos un día de mi vida (ANTES de criticarme por favor valoren lo que estoy expresando por favor). La sensación es terrible, te lleva irremediablemente a tener que pensar en otra cosa para poder sobrellevarlo, y eso que por suerte tenía apuntes y trabajos de la facultad para distraerme, aparte de la televisión.
Yo, por cuestiones espaciales, tengo la desgracia de ver chicos que viven en el subte TODOS los días. Chicos con sus madres, con sus hermanos menores, con lo que sea, inundados asquerosamente de una miseria que choca contra mi realidad a diario y consume todas las ganas de pensar en otra cosa que puedo llegar a tener. Por la costumbre de verlos tooooodo el tiempo ya dejé de sentir lástima y lo que hago ahora es tratar de que su día sea un poco más llevadero, tratándolos como si fueran uno más: preguntándoles qué sienten por tal o cual cosa, hablándoles sobre educación o mostrándoles desde mi mp3 un tipo de música de la que ellos jamás se enteraron. Son tantas las cosas que se pueden hacer en lugar de darles una moneda que Dios sabe si es para ellos o algún ebrio o drogadicto que los tiene "a cargo" trabajando. Y de ahora en más cada vez que tengo un poco de excedente alimenticio a mano pienso en la tortura que fue para mi pasar un día sin comer y se los entrego, sabiendo que ellos sufrirán un poco menos y ese día de su vida será al menos un poco menos triste.
P.D: Le agradezco a todos los que firmaron en el posteo pasado, porque corrigieron una postura que yo tenía sobre el 21 de septiembre y dieron su opinión personal fructíferamente. Muchas gracias

7 comentarios:

  1. me encantó lo que escribiste esta vez. y no me borré, estoy estudiando mucho, pero siempre te leo; pasa que a veces no tengo qué decir, entonces es mejor no decir nada. te mando un beso cuidate Abe!

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  2. Feliz día del tango patrimonio de la humanidad

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  3. que título infeliz viejo, posta. Vos sos una basura si pensás así

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  4. Gracias por tu comentario, charly. Me alegra que hayas leído mi entrada donde está el porqué del título. También te agradezco que hayas puesto tu mail para poder comunicarme con vos y debatir sobre TU visión de la realidad.

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  5. Que buen progreso
    tuyooo
    eaaa (:

    Creo que si todos los que firmaron y existen en la maldita tierra, alguna ves se sintieran asi
    sientieran realmente la verdadera desesperacion de no comer, y no por decicion propia
    no dirian kosas al pedo no te felicitarian ni nada, capas arian algo
    aunke sea chikitititito

    nose, akabo de tirar un plato de fideos
    hasta darcelos a un perro servia mas que tirarlo
    no me siento mal ni insencible
    me siento una pelotuda

    que estes bien !

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  6. hablá sobre la Ley de Medios!!!


    Clarín Montonero!!!!

    muy bueno el programa

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  7. Mi opinión acerca de lo que escribiste es que me parece muy diferente no comer por una festividad judia, a no comer porque no tenés elección, "xq no queda otra", porque no tenés qué. Sólo tenés que mendigar en el subte para conseguir una miseria que no sé dónde se destinará. Son visiones terriblemente diferentes y aunque no comamos por un día entero por elección, no vamos a saber lo que sienten los chicos que realmente no comen porque no tienen qué comer, porque no tienen elección.

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