lunes, 18 de diciembre de 2017

Más vale aprender del error, que sobrevivir en la necedad.

[Originalmente pensada para ser publicada ayer]

En esta entrada van a ver en cursiva un sentido homenaje al "niño fiesta", con muchas canciones de su autoría o voz, ya que hoy se cumple un año de su partida al más allá y me pareció adecuado hacer algo por él, aunque nunca lo haya conocido ni visto en vivo.


Esta ocasión la voy a usar de balance, para dar una finalización y reflexionar sobre un año que pudo haber sido mejor de lo que realmente fue, pero que de todos modos me sirvió para crecer. Y mucho. A despojarnos de nuestros escombros.

Lo comencé en una casita pequeña en Jujuy, con Caro y su mamá, personas sumamente encantadoras que me mostraron un año nuevo muy humilde y amable.
Después pasé por el destierro de la challada de mojones y varios días de desprenderme de la realidad en el norte argentino, de lo cual saqué en limpio la visión de paisajes que luego desaparecieron (como es el caso de la localidad de Volcán) y recomendaciones para ir con menos edad (17, 18 o hasta 20 años). Todo lo que hubo fue corto y no me arrepiento de haber podido disfrutar.
Unos días más tarde visité Salta, donde conocí gente muy añorable, como otra que no tanto.

Luego, volví con la familia, agarré las cosas y me fui a vivir a Córdoba. Ahí es donde se puso jodida la cosa y aprendí de mi terquedad y falta de bienestar.
Es muy sencilla la cosa: si un lugar no te acepta, te lo dice. Hace unos años me dije a mí mismo que si no me sentía bien en un sitio, lo mejor sería irme. Y bueno, esta vez tardé OCHO MESES en hacerme caso. Cuando no se escucha al corazón, cometemo´ error en un mismo instante.

En el medio de todo esto me olvidé de nombrar uno de los hechos más relevantes de mi biografía de los últimos años: en la noche del 28 de Febrero/1º de Marzo cometí algunos errores de publicación tanto en mi blog como en mi fan page (reitero mi repudio hacia FaceBook por su facilidad para armar bardo y de exponer una bola infinita de críticas sin dejar lugar a la respuesta pareja) de lo cual no me arrepiento pero sí lamento que haya terminado tan terriblemente.
No voy a seguir diciendo lo mismo de las personas de siempre, porque me parece que no tiene ningún sentido armar bardo superficial, yo estoy para otras cosas.
¿Lo bueno de eso? Ahora sé quiénes son mis amig@s y confiables (de Jujuy, de Tucumán, de Mendoza, de Córdoba, amistades "particulares" de la vida); y quiénes siempre me defenestraron a mis espaldas y nunca habían tenido la oportunidad de decírmelo tan públicamente (DE BUENOS AIRES, de La Plata, de Bariloche) o no habían tenido todavía la excusa suficiente como para juntarse con otras personas para hablar mal de mí. L@s felicito por eso. Si tenés "haters" quiere decir que algo les estás provocando. Gracias por no ser indiferentes a lo que digo/hago. Espero que les sirvan sus flechas, yo estoy en otra. Lo digo bien seguro la Tierra se los tragará.
[Dato de color: ese posteo tuvo cerca de 850 visitas oficiales, record absoluto en la historia del blog, que dudo que se repita, ya que sólo 10 o 15 personas acostumbran revisar esto con regularidad, aparte de mí.]

Volviendo a mi historia, no me sentí cómodo en Córdoba. El Sistema Educativo se me rió en la cara, el centro de la ciudad es demasiado angosto para la cantidad de gente que se mueve ahí, varias personas me criticaron por ser como soy, ¿dónde está la dignidad cuando se trata de sobrevivir? y sólo me pude hacer un grupo de amig@s: la gente tan cariñosa y zarpada de Doctable de donde pude conocer personas con un gran corazón y con quienes me encantó pasar mis únicos momentos positivos de mi estadía en La Docta. No dejar de remar, siempre apostar, la experiencia, volverse a levantar. 

Bueno, no los únicos en realidad, porque sí puedo decir que mi primer año de la Especialización en Psicología Adolescente fue exactamente lo que esperaba e incluso más: ahora que ya pasé la mitad y estoy dando clase como quería, puedo poner en práctica toda esa teoría gigante que me dieron de manera cataratezca. Y la diferencia se nota.
Pronto empezaré a publicar mis informes como papers y me llamarán como Especialista en Adolescentes, lo cual vengo ambicionando desde mis 16 años (pregunten a Del Valle o a Gaby Bardo sino). Pa´volar solo hay que soñar bien alto.

También Debora y David fueron personas que me enriquecieron MUCHÍSIMO y me hicieron entender e investigar bocha de cuestiones de la propia religión de la que formo parte desde que nací y que permite tantas reflexiones tan copadas con la vida diaria. Sobre todo Debora me hizo dar cuenta que no todo es tan extremo o dogmático, sobre todo si tenés una mente abierta. Espero seguir descifrando los mensajes de "los antiguos sabios" sin caer en las redes de la ortodoxia, lo cual aborrezco profundamente. El cambio duele. Lo que hoy te asusta puede ser tu esencia.

Ocho meses pasé en Córdoba, viniendo en tres ocasiones distintas a Mendoza, para buscar papeles, cosas o para recordarme a mí mismo cuál es mi hogar.
Ya cumplí uno de los objetivos más difíciles que tenía hace exactamente CUATRO años, cuando empecé a viajar: encontrar un lugar donde me sienta cómodo para vivir. Y en la tierra del Sol, el vino, las montañas y La Skandalosa es donde puedo pensar en tener hij@s.

Hij@s... eso también me hace delirar algunas veces. Me cuelgo, fantaseo y se me pianta un lagrimón pensando en todas las emociones que tendré con ell@s. Lo agradecido que voy a estar con la vida por tenerl@s y por poder criarl@s. Verdaderamente me siento muy Susanita en ese aspecto, pero me falta finiquitar con un par de asuntos antes de "relajarme" y ser un satélite de ell@s (encontrar a alguna chica con la cual comparta una cosmovisión y tenga unos genes copados, sería uno de los asuntos, por ejemplo). Hay que tener paciencia, y esperar que todo llega.
Ya habrá tiempo para eso. Mi papá me tuvo a los 34, así que alrededor de esa edad no sería ningún delirio plantar la semilla y empezar mi cosecha de humanos.

MENDOZA. Ahí volví. De nuevo. Como siempre. No puedo irme tanto por las ramas, tengo que pisar la tierra firme y mirar las montañas, con mi mente cual barrilete cósmico.
Veintipico de Octubre fue la fecha elegida para irme a la mierda de Córdoba y volverme para acá, gracias al consejo de una compañera de la Especialización. Y ahora sí digo VOLVER y no "ir hacia" porque acá me siento yo. Tanto tiempo soñé con encontrarme en este lugar, tengo muchos amigos y muchas porras para brindar. Y tengo muchísimos proyectos, reuniones felices, temas para tratar, gente que conocer y mundos que descubrir y cambiar. Sin olvidar que atrás vienen mis amigos.
Conseguí primero 4 horas en una escuela técnica, para luego afianzarme con 6 horas más en una escuela artística, dando clases de teatro a adolescentes de 14/15 años, cumpliendo mi sueño desde los 19. Todas estas horas reemplazando a la misma profesora, que le deseo que logre su propósito de jubilarse anticipadamente así puede cuidar a su familia que tanto la necesita. Ese sería el futuro ideal donde tod@s ganaríamos :).

Volví a ver a un montón de amig@s, algunas obras de teatro, muchos asados, muchas fiestas, muchísimos abrazos de reconciliación y amor. Porque eso es lo que siento acá, amor por la personas.
Ganas de luchar en contra de la homofobia y el Opus Dei que domina y financia a la UNCuyo; pero de a poco voy conociendo gente con la cual luchar. Me cago en las ganas del mundo de hacerme creer que no hay ya nada más que soñar.
También dos recitales de la Skandalosa que los disfruté con el alma, a pesar de que nunca pude ver en vivo al Cebolla, pero lo lloré y lo lloro porque sé que gente especial como él hay muy poca y que tenía casi mi edad (de hecho, unos meses más chico que yo) y que seres especiales como él no se tienen que morir nunca, tienen que estar siempre para hacer de este mundo un lugar mejor.
Lo añoro y espero poder homenajearlo como se debe no sólo acá, sino en todas las acciones que hago para que sea inmortal y que su mensaje quede para siempre en el universo. No tod@s somos tan afortunad@s como él de poder hacer en 26 años lo que muchas personas no pudieron ni pueden lograr en dos vidas. ...Y el Cebó...y el Cebó... ¡tocó el trombón!

Así cierro este círculo, llorando al Cebolla y anunciando que me vuelvo a CABA por un mes para finalizar el año y visitar a toda la familia y amig@s que están en el puerto con un pañuelo en la mano esperando mi regreso para comer de nuevo junt@s o compartir una birra o vinito, aunque sea de calidad mediocre, porque lo que vale son las charlas y los aprendizajes mutuos en esos flashes. [Como dato curioso, voy a poner, como acostumbro desde hace dos años, qué cantidad de plata tengo a mano: ¿propia? $0, lamentablemente. Espero por cobrar este 30/12, como tod@s l@s docentes públic@s.]
Brindo por lo vivido, brindo por lo que vendrá.
También puedo ver el final de este camino que llevo tanto tiempo recorriendo: en un año me voy a Israel, Europa y el mundo desconocido. Pasaré aproximadamente tres años de gira, aprendiendo y ayudando a poner a la Argentina en el mapa (no Buenos Aires, la Argentina de verdad digo). O sea que si todo me sale como espero, en cuatro años y un cachito terminaré de viajar y me asentaré, habiendo cumplido el objetivo. (Siempre me ha pintado vivir a mi manera.) Para tener otros, estar más formado, y así recorrer otros caminos, otras vías y otras metas que voy a tener hasta el día en que me muera. O más.


Post data de Urgencia: En estos días voy a hablar sobre lo que está pasando en el país, que me parece bastante trascendental. Tenganme paciencia. Acá dejo un par de frases para que vean como referencia: Acá está permitido pensar como quieras, legalizamos la libertad de expresión. //
Un pueblo que se rebela en mucho más inteligente.

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