jueves, 20 de septiembre de 2012

Los inmorales nos han igualao

"Con tanto caos alguien cometerá una estupidez. Y cuando eso ocurra, las cosas se pondrán feas." Orgasmo audiovisual.
Ahora si, llegó el día. Estamos tan sumidos en mirar nuestros propios ombligos que no nos dimos cuenta de la hora que es.
La puja de poder mundial, sobre quién es menos cucaracha que la cucaracha que nos manda está llegando a su punto máximo. Y como ni yo ni el 99,99999% de la población podría decir de quién/es se trata, sólo me limitaré a hablar de lo que tengo a mano, asi me burlo un poco de los estandares y las estadísticas sin fondo.

Mientras estudio en un Andamio que se está cayendo a pedazos, busco la mejor manera de observar la vida. (Si, claro, y asi no te hacés cargo de nada, CAGÓN!) Asi, rompo canones por donde vaya y levanto (casi) toda mina que vea y doy cátedra de lo que no sé, pero pretendiendo saber más que el profesor.
La guerra civil parece inminente: el 7 de diciembre se ubica como la fecha anunciada. De un lado está la marcha de la bronca concheta, con los quejosos que protestan porque tienen y se aburren de no saber de qué quejarse y del otro los que niegan que haya quilombos críticos en la administración de un país. YO NO VOTO POR NADIE, no creo en vos, creo en mi, no creo en nada. (En realidad, creo en creer en mi nomás.) "Bronca porque se hacen moralistas y entran a correr a los artistas".
 Va a ser muy lindo recorrer el país dando un mensaje de paz y alegría mientras Buenos Aires se emancipa y acá se matan entre todos. Entre el subte de mierda con gente con cara de subte todos los días y las calles atestadas de individuos individualmente divididos, como los sanguches de miga que compro para saciar mi hambre de talento hay una vorágine de conflictos gestándose, en el núcleo exacto de la fantasía porteña. No voy a dejarme llevar por esto, eso sí que no, pero sí quiero tomarlo como referente para la vida, como hice inconscientemente desde que nací.
"Soy un loco con licencia", si es que existe el término "loco", más allá de una apreciación subjetiva de un cierto grupo social, que entiende como anormal o desquiciado a todo aquel que no acata las reglas. O sea, que en la sociedad en que vivimos, está mal visto pensar libremente. O actuar libremente, como hace mi viejo. Vivir pasivamente parece ser la condena que nos dieron por ser personas sumisas. Y desde ese punto de vista sí que se puede analizar el por qué se habla tan mal y tantas pestes de personas hiper brillantes (o se las cubre, porque total, la mierda vende más que el oro).
Si la gente se diera cuenta simplemente del poder que tiene, no haría las cosas que hace. Uno no es idiota por naturaleza, como ningún niño es malo por naturaleza; la diferencia reside en las ganas que tenga cada uno de cambiar.
Ojo que yo no quiero que todo el mundo siga mi camino y el de mis amigos. Es verdaderamente muy triste ser una persona sensible. Y no por la mirada de los demás (eso es lo de menos, es como la mirada o crítica obscena de una función teatral, desaparece o se aprende a usar con el tiempo), sino porque estás agarrado cual grillete a la búsqueda constante de conocimiento y de experiencias nuevas. Quedarse significa morirse, y morirse es dejarse llevar por el mar de imbéciles y marmotas que van en grupos enormes como los lemmings y se reproducen como conejos sin ni siquiera conocer el significado de la palabra "hij@" o "m-padre".
"A veces no comprendo el comportamiento humano", aunque sí lo comprendo, pero no quiero admitirlo. Porque estaría hablando de gente muy pelotuda.
Sólo falta tomar consciencia de los actos y entender que las cosas no se dan "porque si", sino que todo tiene una razón atrás (salvo la inspiración o los impulsos).
Espero que llegue el día en que los raros sean los tontos y no los inteligentes. "Nunca fui muy aventajado en los estudios", pero se entiende que los nerds y los intelectuales de la vida no somos los chicos populares en esta high skull llamada sociedad.
Seamos raros, innovemos. Seamos eternos en nuestros actos, que la gente recuerde nuestra valentía por enfrentarnos al resto y por criticar todo lo que nos rodea y buscar nuevas respuestas a preguntas que nadie nunca hizo y nuevas preguntas a respuestas que "ya se saben". Pongamos al arte y la expresión personal como prioridad en la enseñanza, sin importar qué tan dificil sea o parezca. Que nadie nos diga cómo debemos enseñar ni enseñarnos, ni aprender del otro; que simplemente se de. "Cuando un sueño muere es porque se ha hecho real :)".
Vivamos sin importar qué carajo nos quiera decir el otro, aunque escuchando lo que nos quiere decir, porque todo sirve para armar un hermoso KAOS y un dulcísimo nectar de miel salvadora en la manzana podrida de ética que nos tenemos que comer todos los días. Seamos aquellos que fueron y son llamados "a-normales" por los que no se detienen a preguntar o ayudar en nuestra lucha. "Y aquellos que fueron vistos bailando fueron tomados por locos por aquellos que no podían escuchar la música."  (El alemán nihilista lo dice mejor que nadie en este caso -aunque nunca lo haya leído todavía-).
No nos molestemos por las porquerías ajenas, usémoslas a nuestro favor. Y torturemos a nuestro lado malvado, haciéndole creer que va ganando cuando en realidad es su sombra positiva la que lo domina y nos muestra el camino.
Seamos inventivos. Seamos geniales. Estemos VIVOS. Seamos orgullosos usadores del lóbulo frontal más desarrollado del mundo animal. Seamos los que la biología eligió para pensar con un pensamiento operatorio formal, para ver más allá del hoy. Seamos quienes dejan una huella en la historia PARA SIEMPRE. Seamos esos que siempre fueron rechazados o marginados por pensar distinto, o solamente per pensare. Seamos la muerte misma de la ignorancia y contagiemos de ternura y juego a toda la humanidad. Seamos lo que queramos ser, o no seamos nada.
Seamos inmortales,
Abel

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