Hablemos de resiliencia. El pasado 18 de Julio se cumplieron 30 años del último atentado importante realizado en suelo argentino. Estoy hablando del atentado a la Asociación Mutual Israelita-Argentina, t.c.c. AMIA. El 18 de Julio de 1994 un coche bomba entró al estacionamiento y voló el edificio, matando a 85 personas e hiriendo a 300 aproximadamente. Esto se sumó al otro atentado antijudío que se realizó en 1992 en la propia Embajada de Israel en la que murieron 22 personas y hubo 242 heridos.
¿Por qué pasaron estas situaciones? Es complejo (e incluso peligroso) conjeturar sobre quién o quiénes estuvieron involucrados, pero sí es altamente probable que el presidente argentino Carlos Menem haya estado metido directamente en la causa, ya que en sus dos gestiones (de 6 y 4 años respectivamente) tuvieron muchos eventos bastante turbios que al día de hoy no tienen culpables condenados o se han aclarado como es debido.
Desde las organizaciones sionistas argentinas siempre se condenó los atentados, como debe ser, y se realizaron actos para las víctimas y para que personalidades políticas se muestren en signo de apoyo hacia la AMIA y las personas que allí trabajan, aunque nunca se haya condenado formalmente a nadie y de hecho se bastardearon las relaciones argentinas con Irán desde este hecho, siendo funcionarios de ese país los principales acusados (lo cual al día de hoy no se pudo demostrar). También es una causa en la que el fiscal Nisman estuvo involucrado, el cual iba a dar una declaración clave CASUALMENTE el día que lo encontraron muerto con un disparo en la cabeza. Todo normal.
Si un gobierno democrático no es capaz de encontrar quiénes fueron los responsables materiales de un hecho que mató a 85 personas y otro que mató a 22 dirigidos a un mismo grupo religioso y cultural eso te deja mucho que pensar, sobre todo en quién se deposita la confianza para que gobierne un país. Y de las relaciones internacionales que se establecen en el mismo, porque no podemos ser tan inocentes de pensar que este hecho fue sólo realizado por personalidades argentinas, cuando se sobreentiende que tiene organizaciones internacionales involucradas. El daño causado por el gobierno de Carlos Menem en materia internacional con sus alianzas con Estados Unidos y otros países en guerra nos costó caro y las muertes de judíos, cordobeses (en Río Turbio) e incluso de su propio hijo no son un daño colateral sino consecuencia de una necesidad de Poder y de negociaciones con países belicistas, que se aprovechan de la falta de defensas de nuestro país para demostrarles quién la tiene más larga en materia de Poder internacional.
Mi pregunta es: ¿se puede seguir adelante luego de un atentado terrorista? ¿Se puede continuar la vida como si nada? No, por supuesto que no. De un trauma no se sale, no se olvida, sino que se aprende a vivir con. Que te echen de tu propio país por motivos políticos o religiosos es una de las peores humillaciones que puede sentir el ser humano, así como le pasó al pueblo judío en gran parte de su Historia y sobre todo en la Segunda Guerra Mundial. Y que te expulsen porque ya no se puede vivir ahí también te carga de una frustración amarga que te genera una barrera con el lugar en que te criaste y quienes gestionaron pésimamente el gobierno del país que te vio nacer y crecer, generalmente para su propio beneficio y a costa de lxs ciudadanxs de ese lugar.
Me es inevitable comparar esto que sucedió en Argentina, con respecto a atentados políticos sin un responsable directo, con lo que pasa o pasó en otros países como Palestina o Venezuela (y ni hablar de casos africanos como Sudán del Sur, Somalia, Burundi o la República Democrática del Congo, por citar sólo algunos ejemplos de países que están en guerras civiles porque así lo quisieron y quieren las empresas estadounidenses o europeas que quieren explotar sus recursos naturales).
Caso Israel
Para explicar un poco en números, el 7 de Octubre murieron en Israel alrededor de 850 personas (en su mayoría civiles) por el peor ataque terrorista de su historia hasta hoy (diez veces más que quienes murieron por la AMIA), lo cual desató una contraofensiva que al día de la fecha lleva más de 48000 muertos del lado palestino, quienes eran en su mayoría civiles (56 veces MÁS que del lado israelí). No digo con esto ni que una masacre esté justificada ni la otra. Ambas naciones pelean por un pedazo de tierra en el mapa, nada más. Ambas naciones se metieron en una guerra para medir el poderío de sus líderes autócratas pero una de ellas está en una tremenda desventaja. Han muerto más palestinxs desde Octubre hasta ahora que en los 76 años que lleva el Estado de Israel existiendo; creo que eso es más que suficiente para ejemplificar qué clase de disparidad hay en la región.
Y con esto no quiero posicionarme de un lado ni del otro, sino mostrarme lo más objetivo que se pueda con las estadísticas.
Entiendo que como judío me pare en un lugar desde el momento en que nací por la tradición que tiene mi familia, pero eso no quita que no pueda ver lo que sucede en la Franja de Gaza o en Cisjordania o lo que pasó en el Líbano en los ´80s y en tantos otros lugares. Como tampoco puedo justificar la inmolación, el asesinato de civiles o la muerte de personas realizada por Hammas o por algún grupo antijudío. NUNCA voy a defender NINGUNA guerra, no importa la causa ni por qué se pelee. Para mí, y espero que para quien lee esto también, TODOS LOS MUERTOS VALEN LO MISMO, nadie vale más que nadie en el mundo y por eso CONDENO enérgicamente el asesinato de cualquier persona, sin importar contexto, color político o bandera. Nada justifica el asesinato de personas, sean civiles o quienes son convencidas para matar o morir vestidxs de soldadx, guerrillerx o militar.
Caso Venezuela
Hablando de Venezuela, porque ya entró en mi vida y de a poco me voy empapando de su situación, ayer se vivieron unas nuevas "elecciones democráticas" en las que el fraude y la muerte se hizo presente...otra vez. Así como me parece ridícula la guerra tengo la fortuna que me parezca disparatado que en un país haya violencia, represión y muerte los días de las elecciones. Lo que confirmamos con Alfonsín de que la democracia puede ser una fiesta, que con la democracia se come, se educa y se cura, en Venezuela no existe porque las elecciones, a pesar de parecer democráticas, están llenas de trabas para poder ejercerse libremente. Me apena saber que este circo que mantiene el chavismo se mantenga impune, sin pensar en las más de 7 millones de personas que tuvieron que huir del país en los últimos años porque les quitaron todo. Todo lo que tenían. Todo lo que eran. Todo lo que pudieron construir les fue arrebatado por el chavismo y sus políticas autocráticas.
Recapitulando y uniendo los puntos anteriormente mencionados quiero hacer un llamado pero no para la paz, porque la paz nunca nos llevó a nada bueno, sino a la empatía. A reconocer a la otra persona como un ser humano que sufre, que llora, que necesitó de muchísimos años para desarrollarse, que tiene intereses personales, que disfruta de pasar tiempo con sus seres queridos, que tiene sueños e ilusiones, que quiere vivir con la tranquilidad de que la otra persona quiere lo mejor para sí y para quienes le rodean, no desearle el mal o aniquilar su futuro, destruyendo su espacio tanto literal como económicamente. Llamo a que las personas que leen esto tengan mayor conciencia de que vivimos en una sociedad y la única manera de salir adelante es socialmente, escuchando y enriqueciéndonos con lxs demás, no aprovechándonos de ellxs.
¿Se puede seguir adelante luego de un trauma? Depende de quienes te rodean y de las herramientas que tenés y te vas formando para superar la situación y aprender de la misma. Hay gente que no vuelve nunca de una muerte, ni siquiera de una esperable como puede ser un ser querido de mayor edad. Hay gente que puede mostrarse fuerte por todo lo que le pasó pero que aún así necesita un abrazo para seguir. Y hay gente que puede hacer más para que las otras personas mejoren en su calidad de vida. Yo apuesto por eso. Espero eso y deseo que el mensaje llegue a más personas para construir una bandera que nos una en fraternidad, igualdad y libertad personal y social.
Esta sin lugar a dudas fue mi entrada más polémica en los 15 años y medio que llevo con el blog. Espero no tener que guardarla como hice con tantas otras. Espero sus respuestas.
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