lunes, 2 de septiembre de 2013

Porque a mi generación algo le pasa

Ando vagando entre una cosa y otra. Me siento un viajero en el esperma de la sociedad, dándome cuenta que hay un DIU impidiéndome llegar a destino. Por eso voy a tomar otro camino y tratar de fecundar mis ideas en otro cuerpo. No es tarde; todavía no salió el micro que me lleva a donde busco. Estoy seguro que no sé a dónde ir, pero sé que acá no es.
Que linda manera de empezar un posteo sobre la juventud, no? (¿A quién le estoy preguntando...?)
Hace bastante tiempo que quiero hablar de uno de los temas por los cuales dedico mi vida de investigación y lucha. Justamente por este último punto quiero comenzar, porque creo que es de los más pertinentes en cuanto a "nuevas juventudes" se trata.
Ya lo dije en otra/s ocasión/es y lo vuelvo a repetir: me da mucha satisfacción que los adolescentes y adultescentes de hoy dediquen tiempo de su vida en militar por lo que creen que es correcto (si alguien les agradeciera formalmente, no estaría mal me parece). Recuerdo que cuando yo iba a la secundaria (no fue hace tanto, hace 6 años que egresé), fueron de las primeras sentadas de la generación. Como que se notaba que algo empezaba a nacer e iba a surgir. Por suerte eso proliferó y ahora se involucran políticamente jóvenes de cualquier lado como si fueran del Nacional Buenos Aires.
Sí, es casi una obviedad que busquen ídolos y casualmente aparezcan en la política porque tienen insertado el ideal de justicia, pero por lo menos salen a defender su ideología, cualquiera sea aquella.

Hablando de obviedades, me divierte mucho cuando me cruzo con cualquier joven de hoy en día y le digo que no tengo facebook y le muestro mi Nokia 1100. Es como que yo vea a alguien que use un discman o incluso un walkman. Alguien que se conforma con tecnología vieja y no se deja llevar por el frenesí de consumo del que todos somos víctimas de alguna u otra manera. También mi desinterés por pertenecer al mundo de Mark Zuckerberg, que poco a poco se apoderó TOTALMENTE del planeta Tierra.

Este tema merece un párrafo aparte, cuando no una entrada entera.
No es por miedo a la CIA que lo hago, sino porque me parece que pertenecer a ese mundo donde todos comentan sobre todo y donde la intimidad se vuelve un juego no va con mi ética de vida. Si alguien quiere saber de mi vida o qué hice en una fiesta, me lo puede preguntar directamente. O si quiero conocer a alguien, lo haré personalmente, llevando una libreta a donde sea. Sí, me privo de muchas cosas, pero mientras pueda estar al margen de la sociedad, lo estaré.
Me parece un poco ridículo conocer gente por medio de una computadora (ya lo he tratado de hacer en mi adolescencia, por eso lo digo). No estoy tan desesperado como para ir y "encarar" en un chat o por un inbox diciendo "hola, la computadora dice que tenemos muchas cosas en común y por esa ecuación tan perfecta, vos y yo deberíamos salir". Porque no es así. En la vida real pasan un montón de posibilidades distintas que te llevan a pensar en salir con alguien muchísimo más allá de lo que una computadora te pueda decir. No podría concebir ni en mil años conocer a alguien de la manera en que conocí a Yani, Vic, Pau, Helen, Ailu u otras nínfulas y ninfas que me cambiaron la vida por medio de una pc. (Aún así puedo apostar que ellas consiguieron algún muchacho afortunado por medio de las redes sociales.)
Sí, tiene bocha de beneficios tales como pertenecer a la sociedad, enterarte de todo lo que pasa a tu alrededor, organizar eventos para X causa, o comentar sobre lo que se te cante el culo, pero nada de eso me convence. Yo hago la revolución desde mi lugar de actor, profesor, artista y actor social. Ya se lo dije a mucha gente: desde mí puedo lograr un cambio mucho más grande que esperando a que el conjunto se mueva. Ya me llevé demasiadas insatisfacciones y amarguras por parte de esta sociedad como para querer seguir formando parte; ya me rechazó, ya está. Y tampoco quiero ser un engranaje más que le da de comer millonariamente a un empresario norteamericano; si puedo evitarlo, lo evitaré.

Volviendo a mis contemporáneos...hay un dato que me llama poderosísimamente la atención sobre ellos y me hace interesarme más en su comportamiento. Y es el increíble fanatismo que tienen por la música que les gusta. Me sorprende ver chico/as de distintas edades, muy muy jóvenes, que pasan días enteros sacando una entrada simplemente para ir a ver una banda o un solista pop. Sí, hay que admitir que cayeron al mundo en una de las peores épocas, donde casi ni se innova sino que se copia o se "coverea" el estilo de otro que ya no está, pero el aguante y la garra que tienen los pibes es impresionante.
Personalmente felicito a los culpables de este amor hacia el artista, y a los padres y tutores que los bancan tanto monetaria como físicamente. Esto realza de alguna manera la relación filial creo.
(Pensar que yo, para ver a mi banda favorita, puedo sacar la entrada en puerta y después quedarme un rato tomando una birra con ellos, pero bueno...no a todos les gusta Asesinos como a mí :P.)

¿Qué más? ¿Qué más tengo para decir sobre esto? Ah, sí. Es bastante paradójico que escriba esto yo con 23 casi 24 años y los vea ya como una unidad de análisis (objeto de estudio) tan lejana. No es la primera vez que digo que me siento un viejo choto a esta edad pero es así. No puede ser que habiendo pasado sólo 10 años desde el 2003 hayan cambiando tantísimas cosas a nivel ético y moral.
Es un mundo casi completamente distinto que el que yo conocía cuando entré por primera vez al Liceo. Somos víctimas del Padre Tiempo, que parece que quiere eliminar con urgencia el pensamiento vegetativo que dominó los primeros 50 siglos de la humanidad. Lo bueno es que el cambio es palpable, tangible y muy evidente. Lo malo es que esta vorágine genera una confusión muy potente EN TODOS y nos tira a una pileta que no conocemos, aún sin saber si hay agua o qué adentro. Lo que más me preocupa, más allá de las "nuevas" ideologías, es el adelantamiento de los caracteres sexuales de la adolescencia y de la desinformación que tienen lo/as chico/as (porque eso es lo que son la mayoría: chico/as) sobre qué es el sexo y qué es la exhibición corporal. Ya parece que llegar virgen a los 17 es una utopía sólo reservada para los monasterios o para Ned Flanders de cualquier religión. Que extraño el mundo que me rodea.

Aún así, muchas cosas se mantienen igual porque no cambian, no quieren cambiar. El aborrecimiento hacia la escuela, el juego de conocerse y desconocerse cara a cara, la regresión adolescente, neurosis varias, la búsqueda de la propia identidad conjuntamente con un grupo de amigo/as, y un montón de elementos más que forman un gran pastizal de nuevos conocimientos y juegos eternos que dan lugar a millones de posibilidades, tan fácilmente modificables como que te metan un gol más en el Winning Eleven y eso desate un efecto mariposa.
Espero poder seguir vi/viendo cambios drásticos, de raíz, super importantes, que modifican todo todo el tiempo, aunque espero que se mantenga la belleza de algunas personas, la dulzura, el cariño, el romanticismo, los sueños, la utopía y todo lo que me hace decir "que bueno que estoy vivo", aunque qué lástima que la primavera me lleve un día de distancia, porque así nunca voy a llegar a conocerla :).
Os despido, lectores anónimos míos. Me faltó decir un montonaaaaaaazo de cosas, pero se las dejo a ustedes, para que completen los espacios en blanco que dejo en el camino.
¡Vamos que este día no tiene fin!
Lobo Ska-Pario (BTW: prometo algún día hacer un posteo que hable sobre Roller Derby en el futuro, pero no sé cuándo.)