viernes, 17 de julio de 2020

Please please please get a life Foundation

Qué hermoso momento para vivir en este planeta. No sólo por el temor de que un virus invisible nos aniquile inminentemente, mostrándonos que la cercanía es lo que más daño nos hace (??) y obligándonos a tener miedo del contacto humano. No es el cuidado y el extremismo en términos de cuidado sanitario, cuando después de 600 años hay un rebrote de peste bubónica, ni el ascenso de la derecha con recursos de la izquierda, sino la libertad de expresión el tema que me compete en esta ocasión...otra vez. Ya hablé de esto en muchas ocasiones, pero quería volver a escupir pensamientos invisibles en estas hojas amarillentas para poder ordenar mi cabeza y tener material de sobra para debatir cuando la fama me encuentre defendiendo lo que nadie creía que podía defenderse.
Nos sumergimos tan repentinamente en esta sociedad regida desde la world wild web que nos olvidamos de la moral imperante en las sociedades físicas en las que vivimos hasta ahora (voy a  adoptar la dicotomía virtual-físico para hablar de las diferencias entre la vida en la web y la vida afuera de ella, ya que "real"-virtual me suena demasiado incompleto y arcaico) pero cuyas leyes debimos modificar para adaptarnos a esta nueva forma de vivir. Existe una parajoda muy interesante en la que se supone que son l@s millones de usuarios quienes escriben las reglas, pero al mismo tiempo son los medios de reproducción de imágenes, videos y música quienes deciden si aquello que se publica es válido bajo sus normas o no. Todo esto acentuado por la divulgación constante de información no-verificada (opiniones) a lo cual se suma el cuestionamiento de las normas académicas, por lo que se plantea la pregunta "¿quién es esta persona que dice esto y por qué yo no puedo decir lo que pienso sobre el tema?" que se integra a las ya populares fake news que te arman de una pequeña herida un cáncer terminal incurable. Como le sucedió hace poquito a Animaniacs con México (por eso el nombre del título) o a otros miles de casos a diario. No se salva nadie de ser herid@ por estas flechas laser que penetran todos los ámbitos en los que las personas se manejan a diario, ya que es inevitable en el siglo XXI tener una vida virtual paralela a la que se realiza poniéndole el cuerpo (...y escribo esto desde un blog, usando uno de mis tantos pseudónimos) o incluso complementaria, haciendo que tu exposición en los medios de la www sean tu trabajo o difusión del mismo. Ya no se puede tomar ninguna palabra como verdadera ni ningún hecho como fehaciente sin estar presente en ese sitio y todo se va a ir desdibujando cada vez más hasta que cuando la realidad virtual se apodere de nosotr@s con sus juegos y chiches, ya no distingamos nada.
Ahora, ¿cuál es el mayor inconveniente de esto? Existe una transformación antropológica que está configurando una nueva sociedad, en la que nos volvemos un@ con la tecnología, inmers@s cada vez más en las nuevas leyes que se van escribiendo a medida que entendemos nuestro poder desde la simple opinión y lo fácil que es glorificar o demonizar a alguien sólo porque a nosotr@s se nos canta hacerlo. Hemos degradado la capacidad de entendimiento del mundo para volvernos adolescentes apasionad@s por un tema en particular y olvidando que existen distintos puntos de vista válidos sobre aquello que se pregona. El análisis que se realiza sobre algo es absoluto e inobjetable, sobre todo si ha sido sugerido y tiene la bendición de aquella persona que se admira porque se la considera políticamente correcta, descartando el hecho de que esa persona está influenciada por las normas de alguna compañía que le da de comer, sin importar lo que diga.
Aquí viene el problema más grave que asumen l@s creadores de contenidos contemporáne@s: ¿qué se considera políticamente correcto? Luego de analizar el argumento que plantean varios de los creadores de contenido que sigo con frecuencia (Quetzal, TLRAN, Esquizofrenia Natural, Dami Ruiz, UTBH, MIGALA, Daplei, etc) llego a la conclusión de que están bastante perdidos sobre lo que le depara al futuro de los medios del entretenimiento y a sus leyes, ya que las normas que tiene Youtube para la divulgación de sus contenidos les está desmonetizando casi todos los videos en los que se NOMBRA alguna palabra que el algoritmo o l@s moderadores de la plataforma de videos consideran ofensivo "para ciertas personas", sin dar una mayor explicación sobre eso. Esto les está obligando a migrar hacia otras plataformas en las que no hay tanta censura explícita (Instagram, Twitch, Discord), las cuales no fueron creadas con la misma funcionalidad que la red social del triángulo. Contradiciendo un poco lo que dije hace no mucho, YouTube está mostrando la hilacha de cuál va a ser la ruina de su imperio, el error fatal que está obligado a cometer para #contentaratodoelmundo simplemente porque es imposible, porque llegó a tener tal impacto y tanto que decir al mismo tiempo en el mismo lugar que se le volvió inabarcable. Siempre que se hable de las normas morales estadounidenses, de la cual estamos sobradamente hart@s en el resto del mundo.
Otro caso que me llamó la atención es el que le está sucediendo a TikTok. Esta red social empezó hace unos pocos años como un reducto en el cual l@s adolescentes subían y compartían aleatoriamente videos de baile, canto, playback y distintas funcionalidades artísticas, aparte de videos graciosos [No voy a hablar de la adicción que genera esta red social, no es el momento adecuado para decirlo pero cualquiera que la haya usado sabe a lo que me refiero]. Con el #BLM y otras protestas que salieron a la luz en los últimos meses, ya que no hay forma de parar el fuego de rabia que las personas tienen en su interior, TikTok se empezó a politizar un poco más, tanto para la derecha como para la izquierda, demostrando que el poder siempre lo querrá tener el pueblo, sin importar lo que l@s polític@s quieran. Por esto en varios países lo están prohibiendo mientras escribo estas líneas, con la excusa que son una red espía china... como si Google, Facebook, Zoom y Twitter no hicieran lo mismo con sus bots norteamericanos. La misma excusa ridícula que dijeron de Huawei u otras empresas porque no saben desde USA cómo convencer a la gente de que su imperio es mejor que el chino, el cual ya le mandó varios mensajes de sabotaje que van de a poco exterminando el poderío mediático estadounidense.
Y esto cierra el círculo, siendo que las redes sociales son el mejor caballito de batalla que tiene hoy en día el imperio de Murrica, aún más que McDollar, Burger Shit o el ratón Mortimer.

Volviendo al primer punto del cual estaba hablando, es un poco difícil determinar qué es lo "real" de lo que no cuando se disfrazan todos los puntos de vista y todos los datos disponibles sobre algún hecho según intereses mediáticos. Sumémosle el poder de las palabras, la modificación de los valores y la manipulación y listo, ahí tenemos un cóctel en el cual todo es un "no se sabe", "que la historia me juzgue", "me malinterpretaron", "yo no quise decir eso", a lo que le siguen unas disculpas públicas irracionales que no tienen ningún sentido porque no hay de qué disculparse. Me da mucha bronca que por una interpretación de un par de personas que se ofenden sólo porque y cuando les conviene, se tenga que salir a bajarse los pantalones y humillarse públicamente porque de esta manera "se mejora la libertad de expresión" cuando en realidad es todo lo contrario: se oprime a las personas para pensar de una determinada manera, sin cuestionarse, porque su reputación global está en juego.
Va a sonar un poco egocéntrico y espero que así sea tomado en cuenta, pero a mí ya hace muchos años que me dejó de molestar que las personas hablen mal del sionismo, de los judíos, de los latinos, de los porteños (a este último adhiero una crítica destructiva) porque es lo que la gente piensa y me harta que la cultura anglosajona piense que si no se habla más de algo entonces va a estar todo bien, ya que considero que esa no es la forma real de cambiar la mentalidad de las personas. Vengo del país con mayor cantidad de psicólog@s del mundo, donde asistir a terapia no es un estigma sino una condición necesaria para sobrevivir en un mundo de locos, donde la palabra COMPARTIR se entiende con mayúscula y se experimenta a diario, donde el lugar donde naciste tiene peso y sabés quiénes confían en vos y quiénes no con mucha facilidad porque te lo dicen en la cara, donde el lunes se va a celebrar el día del amigo porque consideramos que son tan importantes como nuestra familia, donde protestar es parte de la rutina para trabajar y vivir dignamente, donde el que no afana es un gil y nos acordamos de ese otario que un día cansado se puso a ladrar. Este es el lugar donde me crié y con el cual comparto una ideología con un tucumano, un salteño y un fueguino y por eso voy a volver, aunque sea una trampa. Nosotr@s, al igual que todo el resto del mundo, tenemos nuestros valores y nuestras costumbres, no podemos dejar que venga un país de afuera y nos diga cómo pensar o cómo resolver nuestros problemas (hablando desde la ideología; ni siquiera tengo que recurrir a política o economía en este caso). No perdamos nuestra identidad por querer someternos a los medios expresivos de otr@.
Por otro lado, ya estoy cansado de ver gente que se arrepiente de decir la palabra "negro" o "mujer" porque es incorrecto decirla de esa manera en ese contexto. Dejen que las personas se equivoquen, es la única manera de que entiendan y no les tiren el caballo encima en la carrera; frénenl@s con palabras que puedan entender para que su mentalidad cambie con miel, no con hiel.
Tengo más para decir, pero me espera un viaje muy importante y tengo la cabeza en otro lado, como también esperando que llegue una caja para sentirme aliviado y feliz.
Como Trey Parker y Matt Stone, espero que me censuren por lo que estoy diciendo, así sé que tiene cierto impacto. Que nadie lea mis palabras es un símbolo de que realmente escribo para mí, no para l@s demás (aunque...).