domingo, 6 de marzo de 2016

Yo alucino, mendocino

Uf, hacía bastante que no pasaba por acá. Mientras le saco el polvo a estas hojas virtuales quiero explicar que esta entrada va a ser doble, como hago a veces.
La primera parte tiene que ver con una crítica que siento que DEBO hacer a algo que me viene molestando mucho desde hace algún tiempo (aunque ya haya hablado de esto alguna que otra vez); y la segunda parte tiene una relación directa con el título de la entrada, dado que, como bien lo indica, me mudé a la ciudad de Mendoza Capital hace unos días.

Otro tonto ataque a la moral virtual:

Para variar, estoy indignado. Más allá de lo controlad@s que estemos por medio del medio virtual hay algo mucho más poderoso y latente que me molesta. Y mucho. Estoy verdaderamente cansado de ver gente hablando más con los celulares o tomando referencias de medios virtuales antes que hablar con un ser humano y darse cuenta de lo real que es el vínculo con otra persona.
¿Se está perdiendo la relación cara a cara? Desde ya que sí, lamentablemente, pero eso no quiere decir que se vaya a perder para siempre. Será tal vez retrasar el encuentro mutuo, la conexión entre las miradas, la dulce incomodidad de conocer por primera vez a alguien, pero tarde o temprano eso tiene que suceder; todavía la gente no tiene sexo sin tocarse y a kilómetros de distancia.
De todos modos esto va más allá de las relaciones carnales: directamente toca el territorio de la sociología más carismática. Se cambió ya para siempre la forma de relacionarse de los seres humanos y no va a volver a ser como era antes, más que con algún que otro experimento aislado. La vida de la humanidad ahora pasa primero por la pantalla que tod@s tienen en su bolsillo, antes que de la palabra de otra persona cercana. No se oculta la información, aunque sí se elige a veces demasiado meticulosamente. Ya no cuesta nada encontrar lo que se quiere, pero la era de la procastinación le gana de mano a ese principio.

Por suerte en mi camino voy encontrando gente que prefiere salir a tomar una cerveza o a patinar antes que chatiar por Whattapp (como si eso fuera posible conmigo). Las otras personas que me perdonen, pero están afuera de mi rango social, si están más pendientes de lo que les dicen por un medio virtual antes de lo que les digo yo con mi propia voz y en sus propios rostros.

En otro punto de este tema quisiera citar un sueño que tengo y es el de que algún día se deje de armar peleas por medio de Facebook. Sí, sé que es bastante utópico porque en esa red social no se sabe con qué intención se escribe lo que se escribe, por ahora, y puede generar confusiones, más allá de que la mayoría de las veces no se sabe bien la fuente de lo que se está mostrando o diciendo.
Las demás redes sociales no están lejos de eso, pero cito a esa porque es la que más me preocupa por ser la que está más en boga hoy en día (aunque los comentarios en Youtube a veces pueden ser agredidos por gente sin el menor respeto a lo que se quiso decir en un primer momento).



Vino, montañas y mujeres:

Ahora sí vamos al tema central. Si hay algo que caracteriza a esta ciudad son esas tres cuestiones que nombré en el subtitulo de aquí arriba.
Estoy descubriendo este lugar al que arribé hace 15 días simplemente, pero en el que ya hice tantas cosas: muchas salidas, una fiesta de la vendimia, dos mudanzas, una escapada a San Rafael, mis inscripciones para dar clase de teatro en primaria y secundaria y mi posterior contratación como suplente en una escuela para adolescentes/adultos con diversas discapacidades.
Como le dije a mi hermano y después a mi familia en un mail: siento que estoy de viaje de egresados todos los días, pero laburando.
No recuerdo momento en mi vida en el que haya tenido tantas salidas para ir a tomar algo o de joda (bah, ahí está comparable con mi estadía en La Plata, pero acá fue desde el vamos). Estoy de pirata, pero jugando a ser otro más. Disfrutando cada momento como si fuera el último, tal y como me decía de hacer cuando vivía atrapado en Buenos Aires y cursando en Andamio. Me alegra saber que le soy fiel a mí mismo y que eso traiga consecuencias tan positivas.
Por lo que voy observando y sintiendo, las personas de Mendoza son bastante amables y gentiles, lejos del propio prejuicio que tienen de que al ser gente de montaña serían frí@s y cerrad@s (eso lo vi más en Bariloche, donde puede ser un poco más certero eso). Tienen buena onda e incluso en situaciones límites no se ponen a gritar como desesperad@s del modo que pasaría en la Ciudad de la Furia.
Para terminar de hablar de lo que vi hasta ahora de esta ciudad debo decir que, a mí humilde parecer, acá están las chicas más lindas del mundo. De todas las que vi, diría que alrededor del 80% son lindas, sin importar la edad o procedencias sociales. No sé qué será, pero las mujeres de esta ciudad son un placer. Ya veremos cómo me va durante el año ;).

Finalizando esta entrada me despido diciendo que continúo con muchos proyectos, y hablando con adolescentes de alrededor de toda la Argentina, dos de los motivos que me mantienen en pie incluso cuando quiero tirarme. Agradezco a todas las personas que me ayudaron y ayudan a estar tan bien y satisfecho con mi vida como estoy ahora.
El Idea.me de P-P-POWER CARD verá la luz dentro de poquito y el juego saldrá antes de mitad de año, eso dénlo por hecho. Va de a poco, pero a pasos seguros porque este juego va a ser conocido hasta en Marte.
Saludos a tod@s y nos veremos la próxima.