domingo, 8 de mayo de 2011

Generosidad extrema

Saliendo un poco de la vida, dejando aquello que me ve y veo atrás puedo empezar a analizar todo lo que me rodea. Ese barril sin fondo de desinformación dominado por la cultura prominentemente estadounidense o por empresarios, gerentes y funcionarios que te dicen qué tenés que pensar, sumado a ciertas nuevas preguntas que me formulé estos días me dieron ganas de volver a redactar algo para este medio virtual.
Para aquellos que se preguntan por qué me hago tantas preguntas sin respondérmelas, hay una respuesta muy simple: es filosofía. Sin material no existe obra en construcción; la vida es igual. Uno tiene que tomar lo que ve alrededor y preguntarse el por qué de las cosas, sino se vive mecánicamente y no vale la pena.
Una de las preguntas venía a colación de la "reemplazabilidad" de la gente. Si uno es parte del engranaje de una empresa, una institución, o una sociedad, la función que se cumple es necesaria como así es necesario que se realice, y que haya alguien que la pueda hacer.
Aunque seas el plankton más insignificante de la cadena alimenticia de un pez espada, tu vida tiene un cierto valor; y si vos desaparecés de un día para el otro, va a haber un cambio en todo lo que le sigue (teoría del caos que le llaman).
Los humanos no somos muy distintos. Todos somos algo y todos estamos por algo en la vida, no para vivirla y nada más. De ahí a que se la viva sosa e insípidamente, es dependiendo del gusto y las ganas de vivir de cada uno.
Si por alguna de esas casualidades de la vida terminás laburando en un centro de llamados (argentinicemonos, muchachos; tanto que se habla del "Ser Nacional" yo me preguntó ese tipo dónde está) o en algún trabajo estúpido y mecánico que sólo te quita horas de tu vida a cambio de un aprendizaje paupérrimo y unos pesos para resistir un tiempito, o tenés que estudiar a toda hora durante 10 años en una universidad pública, siendo sólo un número, en lo que menos vas a pensar en tus leves (levísimos) ratos de ocio es en tu propia vida y en cómo crecer por dentro.
Con esta reflexión no es de sorprenderse por qué el mundo está como está y por qué la adolescencia es tan vacía y amargada ("no nos culpen a nosotros, este sistema lo inventaron los malditos adultos para que nos olvidemos de estar felices").
Después, cuando todo esto pase y tengas tus 65 años de vida bien vividos, vas a poder disfrutar de tus logros: plata, tiempo, descendencia o bienestar individual o en pareja, vejez, un cuerpo ciertamente deteriorado, falta de apoyo por parte de las otras personas, una montaña de traumas sin resolver a cuestas, olvido, bronca, y lo mejor de todo: un grupo de 6 mil trescientas millones de personas que piensan que el mundo tiene que girar de una forma distinta a la que vos imaginabas cuando trabajabas, estudiabas y te ganabas el pan y el cerebro para algo. ¿Para qué? Excelente pregunta, pero ni Dios sabe la respuesta.
Yo no trato de generar protestas en Plaza de Mayo ni suicidios en masa con lo que digo (no soy pesimista, soy realista) sino generar conciencia de que estamos inmensamente sumergidos en la mierda más absurda y patética por la que puede haber pasado algún ser humano jamás. Tal vez el mundo no se cambie así y no me importa, pero por lo menos trato de que la gente se tome 15 minutos de su vida en leer una opinión altísimamente subjetiva sobre una realidad que vive un ser humano en un lugar del planeta y no piense en el chusmerío que se está produciendo sobre sí mismo en el lugar de estudios o trabajo donde habitúa ir. Todos somos reemplazables hasta que no estamos más ahí; y cuando algo falta en el lugar que se supone que debería ir, AHÍ te das cuenta que lo que sea, es irremplazable. ¿Por qué? Ah, bueno, eso ya no lo puedo responder, no tengo las herramientas necesarias.
Aquel ser que regula la vida de las personas (llámese Dios (con sus múltiples nombres), Moiras, Tao, etcétera, si es que hay uno o más) es inmensamente generoso con los seres humanos. No puedo creer que no haya habido ya una bomba nuclear que nos destruyó absolutamente a todos sin dejar rastros para que el mundo pueda volver a respirar tranquilo, con su naturaleza en estado kármico perfecto y sin polución ambiental, guvernamental o animal. Todo es por algo en la vida y por algo estamos todos en ella. ¿Qué función cumplimos? ¿Quiénes somos? y ¿Qué queremos? son preguntas tan simples que no tienen su respuesta a la vuelta de la esquina, sino en cada uno. Es fácil decirlo cuando no se trabaja y/o estudia 60 horas por semana. La filosofía nació del tiempo de ocio, recuerden eso.
No voy a decir que ojalá que esto sirva para algo o que ojalá que esto lo lea alguien porque sería un poco bastante repetitivo y obvio, sino que voy a dejar que las cosas fluyan y si tiene que llegarle a alguien, sé que va a ser para bien. Sólo espero que así sea y no sirva para crear más opinología barata en el círculo vicioso autoalimenticio de la estupidez humana.
P.D: Al final había entrado acá con ganas de escribir otra cosa, pero esta entrada me quedó tan linda que creo que puedo postergar para otro momento lo poco que tenía guardado en mente para hablar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario